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No pude borrar mi sonrisa aunque aun no se podía confirmar el embarazo de Checo por que me negué a consultar a Alonso y contratarlo para que nos diera sus servicios como médico, después de una platica con mi hermoso omega decidimos que era la mejor opción. El día de mañana hablaríamos con él, Checo me pidió que fuera secreto para nuestros amigos hasta que fuera 100% confirmado.

Ahora más que nunca necesitaba recordar constantemente que la posibilidad de que seria padre era muy grande y hace que valga aun más la pena luchar.

Mi sonrisa no se borraba aun sabiendo que veria a mi padre en unos minutos, hoy sería el día que hablaría con él sobre Checo. No le avisé a Checo por que sabia que él querría venir y no quiero ponerlo en riesgo más ahora en el estado que se encuentra.

Mire mi reloj con ansias y si esperaba más tiempo me volvería loco, sin poder evitarlo mis dedos golpeaban mi rodilla de forma constante. Mi mirada estaba pegada a la puerta de la oficina de mi padre esperando que se abriera y poder largarme de esta casa que solo me traía malos recuerdos. El mayordomo me pido que esperara aqui a mi padre por que él estaba ocupado.

Por fin me calme cuando la puerta se abrió y me levante de la silla para recibir a mi padre.

—Buenas tardes padre. — Lo salude cuando estuvo unos pasos cerca de mi y extendí mi mano para apretar la suya.

—Llegas justo a tiempo para que te unas a nosotros. — No entendía lo que decía pero me indicó qije lo siguiera y eso hice.

—Padre quería tener un momento contigo a solas para poder hablar de algo importante. — Dije nervioso, mi padre no me miró y siguió caminando.

—Después hablaremos.

—Esto es importante. — Lo tome del brazo para que se detuviera frente a la puerta que da a la sala y me hiciera caso. —Solo serán unos minutos.

—Después hablaremos, acaso quieres que los invitados se queden esperando.

Abrió la puerta sin dejar que le dijera una palabra, resignado entre y quise huir en el momento que entre a la oficina. Trate de forzar una sonrisa para no hacer alguna grosería a las oersonas que estaban presentes.

—Buenas tardes. — Hable entre dientes, lo mejor sería poner una justificación para irme.

—¡Emilian! — Se lanzó sobre mi el omega de olor a algodón de asucar siendo muy empalagoso para mi gusto. No abrí los brazos para recibirlo pero eso no le importo y él me abrazo, todo el lugar olía a sus feromonas las soltaba de forma descarada.

Rechace el abrazo, haciendo una cara de desprecio por que no aguantaba la presencia de este omega. Salude de forma cortes a sus padres esperando que por fin me soltara pero no hubo suerte y solo se aferro a mi brazo.

Me sorprendía verlos aquí, yo vine a la casa de mi padre de forma improvisada sin darle ningún aviso. Era claro que ellos se estuvieron reuniendo a mis espaldas para hablar.

—Qué bueno que estas aqui, por fin podremos terminar de ver los detalles para nuestra boda. — Dijo de forma chillona, dando saltos tratando de acercarse a darme un beso. —Espero que hayas comprado tu smoking.

Lo ignore y pase mi mirada a mi padre que me veía con una gran sonrisa en su rostro.

—Son una linda pareja.

Esa frase llevó a que todos los presentes empezarán a aplaudir sin sentido y lanzar halagos que solo eran bien recibidos por el omega que de ahora se colgaba de mi cuello.
—Ven siéntate, pronto nos traerán diferentes platillos para el menú.

No deje que me arrastrarla al sillón y me acerque a mi padre.

—Padre me encantaría quedarme a probar los deliciosos platillos pero tengo trabajo. — Hable tranquilo, esperaba que nadie notará mi actitud tan negativa.

Say You Are Mine?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora