-20-

3.5K 463 100
                                    

Salí de la casa rápido mirando una y otra vez a todos lados con algunos delirios de persecución por la idea de que Max llegará en cualquier momento. Corrí con todas mis fuerzas por el bosque hasta llegar a mi camioneta que la había escondido entre algunos matorrales para que nadie la pudiera ver, entre en ella para iniciar mi rumbo hacía al lugar que acorde con Carlos el día de ayer.

Era la segunda vez que decidía salir de la casa sin la presencia de Max y sin su permiso, la anterior fue para encontrarme con Carlos estaba tan nervioso qué la reunión fue demasiado corta, le di una hora y dirección para que llegara. Durante días estuve revisando su rutina cuidadosamente, anotando a qué hora sale de la casa y su hora de llegada. Frecuentemente me llamaba por las tardes para preguntarme si necesitaba algo y si no le contestaba, en la noche llegaba molesto; me gritaba para después echarme la culpa de que su día fue una mierda y después me abrazaba reconfortan dome en sus brazos.

Por fin llegué a la dirección y estaba nerviosa la sensación de escapar me daba adrenalina, pero también una ansiedad terrible, caminé lo último que me quedaba encontrado me con Carlos.

—Creí qué ya no vendrías.

—Disculpa por tardar, pero estaba un poco nervioso. — Carlos me abrazo antes de que siguiera caminando.

—Me alegra que hayas podido venir, quiero decirte tantas cosas.

—Gracias a ti por venir hasta este lugar. — Los dos nos reunimos en un lugar donde solíamos pasar tiempo cuando éramos niños, quedaba a unos cuantos metros del río. —Tenemos mucho que caminar, tendremos suficiente tiempo para hablar.

—No deberíamos de ir tan lejos, tienes que regresar antes de que Max lo descubra. — Advirtió con miedo, pero solo tomé su brazo y me dirigí al lago.

—Ya me da igual, siempre está enojado.

Carlos guardo silencio, los dos seguimos nuestro camio para llegar al lago, necesitaba despejar mi mente y que mejor cosa que hacerlo cerca de mi amigo. El día de ayer no pude explicarle bien todo, pero le hice un pequeño resumen para que entendiera todo y mientras caminábamos fui dando detalles de todo. Mi amigo solo me detenía para aportar algo o solo me brindaba su apoyo.

—En resumen, todo eso paso.

—Trate de ayudarte, pero Charles me pidió que no me metiera por que Max te estaba cuidando. — Dijo triste.

—Él me a cuidado, no es que viva en malas condiciones, pero todo están asfixiante me niega todo y siempre tengo que pedir permiso hasta para respirar.

—Verte así es extraño, tu piel parece un poco más pálida y las bolsas bajo tus ojos son enormes.

—No he dormido bien estos últimos días.

Talle mis ojos con cansancio, desde hace días no había podido dormir, no paraba de tener un sueño que se repetía cada noche sin falta. Max no se había dado cuenta de eso por que aun dormimos en diferentes camas, porque esa maldita casa solo tenía camas individuales y por falta de tiempo no había podido comprar una cama matrimonial. Era mucho mejor así tenía la excusa perfecta para no dormir junto a él.

El sueño era corto y algo confuso; el sueño comenzaba conmigo caminando por la casa de mi padre haciendo limpieza o alguna actividad cada noche era diferente, después de terminar escuchaba algunas risas en el pórtico. Corría preocupado por el estruendo y lo único que encontraba una maceta rota, buscaba al causante del problema, pero en ese momento no había nadie.

El cielo se despejo de un momento a otro y unas huellas aparecieron en el suelo llevándome a la parte de atrás. Se escuchaba el canto de los pájaros y algunas flores salían del sueño florecían en el instante qué un rayo del sol las tocaba.

Say You Are Mine?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora