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Abrace con fuerza a Lewis, sabía que este momento llegaría tarde o temprano, pero no creí que tan pronto tendría que despedirme de él.

—Puedes venir a visitarme cuando quieras. — Escondí mi rostro en su pecho aferrándome aun a él, no quería separarme de el alfa por que junto a él pude experimentar de nuevo esa felicidad que dejé atrás hace mucho.

—Creo que esa visita será más pronto de lo que crees. — Solo tenía que convencer a Carlos de que mi vida en esta aldea ya había terminado, y lo que mejor podía hacer era huir a la manada de Lewis para jamás volver.

Aun no tenía el valor para decirle que estaba planeando irme, sabía que él lo entendería a pesar de que le pudiera llegar a doler el separarnos, Carlos nunca me obligaría estar en un lugar en el que no me siento cómodo. Al convertirme en omega estaba expuesto a que Max llegará y me lastimará más de lo que ya lo había hecho, prefería evitar eso.

—Estaré esperando por ti todos los días, desearía poder quedarme aún más tiempo, estoy preocupado de que algo te pueda pasar.

El olor a café comenzó a invadirme, hace un par de días mi olfato comenzó a cambiar y ahora sabía que olor tenían las feromonas de mis amigos. El aroma de Hamilton me gustaba, no me importaba qué el dejara salir sus feromonas me sentía cómodo.

—No quiero que te vayas. — Sus manos fueron a mis mejillas, dejando un beso en mi frente.

—Es hora, mi manada me necesita.

Y sin más remedio nos separamos, sus compañeros lo estaban esperando en el centro del pueblo para emprender su camino de vuelta a su hogar. Lewis me soltó, camino a donde estaba Carlos para abrazarlo, los dos se despidieron y a pesar de que fue corto el tiempo que se conocieron los dos se hicieron grandes amigos. Se dijeron algunas palabras, el alfa volvió a mí y me tomo de la mano para que caminara con él hasta su camioneta.

—Si necesitas ayuda, no dudes en llamarme. No me importa manejar por horas estaré aquí, para lo que necesites.

—Gracias, no solo por tus palabras, estos días me has dado tantas palabras de ánimo y me has ayudado, no sé cómo pagar por todo lo que haces por mí, cada vez que te veo mi deuda se hace aún más grande.

—No tienes por qué pagarme, siempre he hecho esto de corazón... — Se quedo en silencio deteniendo sus pasos y su mirada se enfocó en mí. —, espero que no hayas olvidado la declaración qué te hice hace un tiempo, cuando te despediste de mí.

Mis mejillas comenzaron a calentarse, ese recuerdo lo guardaba en lo más profundo de mi corazón, nunca hablamos bien de eso, pero sabía que Lewis sentía algo por mí y antes tuve una justificación para no aceptar sus sentimientos hacia él. Ahora no tenía a nadie que me atara a una relación y podía entregarle mi corazón completamente a Lewis.

—Yo... — Su dedo fue a mis labios evitando qué dijera una palabra más.

—No te pedí que respondieras, sé que ahora tienes cosas más importantes en las que preocuparte, yo ahora mismo no soy tu prioridad. Solo lo dije para que seas consiente que aún no puedo olvidarte, tú tienes mi corazón.

Lleve mis manos a su cuello y lo acerque a mi para comenzar un beso delicado, solo era un pequeño toque íntimo entre los dos. El alfa llevo sus manos a mi cintura, dejando algunas caricias, hace meses era al revés esta situación; Lewis fue el que comenzó a besarme en esa despedida.

Me aferre más a él, tal vez así lograría qué la despedida nunca se acabará y evitar que se fuera, sus labios se separaron de los míos y dejo algunos besos cortos sobre mis labios.

—Te quiero.

—Yo también te quiero. — Lewis acerco su rostro al mío y los dos volvimos a besarnos ahora siendo un beso más apresurado tratando de dejar algún tipo de huella en el otro.

Say You Are Mine?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora