Capitulo 3

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Capitulo 3:

Noir extendió sus poderosas alas, su plumaje negro como la medianoche, y envolvió a Lalabel, la pantera, con cuidado y ternura. Proporcionaron un abrazo cálido y reconfortante. La chica ajustó su postura, sintiendo la comodidad que solo las alas de un águila podrían ofrecer.

—Poco a poco fue abriendo los ojos, se sorprendió de inmediato y se fue moviendo lentamente, "Con razón me sentía bastante cómoda, estaba usando los el brazo de Noir", —Deseo ser humana y recupero su forma, estiro sus brazos hacia arriba. —"dejare que duerma un poco más", le dio la espalda a Noir,—veamos si he cumplido con la misión del sistema, —ventana de estado, apareció una pantalla iluminada y transparente.

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Aparece un cepillo de diente y pasta dental—pensé que la recompensa serian más cosas como decía kit higiene personal, —"bueno no te quejes pudo haber si peor, quizás más adelante podamos acceder a más cosas". —suspiro y apoyo ambas manos a la cintura.

La pantalla se cierra y luego aparece otro mensaje:

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—Acepto la misión y cerro la ventana del sistema, Lalabel se giró con suavidad, dispuesta a caminar hacia el nido

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—Acepto la misión y cerro la ventana del sistema, Lalabel se giró con suavidad, dispuesta a caminar hacia el nido. Sin embargo, en ese preciso momento, sus ojos se encontraron con la figura adormilada de Noir, quien se había despertado al sentir la ausencia de Lalabel. Un ligero rubor tiñó las mejillas de Lalabel al darse cuenta de que ambos estaban a solo unos centímetros de distancia.

El encuentro fue más abrupto de lo que Lalabel esperaba. La joven chocó con Noir, quien aún se frotaba los ojos tratando de despertar por completo. Un "auch" escapó de los labios de Lalabel, y en un instante, sus miradas se cruzaron, revelando una mezcla de sorpresa y complicidad. Noir, con su cabello oscuro y despeinado, parpadeó ante el contacto inesperado, se dibujó unos pliegos en la frente.

—¿Te duele mucho? —Noir preocupado, acerco su mano para acariciar la frente de ella que estaba ligeramente enrojecida. Lalabel, aún ruborizada, asintió tímidamente, y ambos compartieron momento de cercanía.

—Bajare a la aldea a conseguirte unas pieles para que te cambies, ¡con ese atuendo destacas mucho!¡Espérame ya regreso! —Noir se transformó en una bestia y descendió hacia la aldea.

El sol apenas comenzaba a iluminar el paisaje, tejiendo de sombras largas y suaves en el suelo, cuando la mayoría de las bestias aún descansaban en el abrazo de la penumbra matutina, solo un alma inquieta rompía la calma. Yang, ya estaba despierto, listo para enfrentar las primeras luces del día. —¡Heyy Yang!... ¡Necesito decirte algo importante! — La voz de Noir resonó en el aire tranquilo, y Yang, con su gesto sereno, le hizo seña para que entrara en la cabaña. Se sentaron en un rincón, donde los primeros rayos del sol se filtraban.

Con un tono de urgencia, comenzó a relatar la historia de lo que había sucedido a Yang, habló con emoción sobre cómo había rescatado a Lalabel, una joven separada de su tribu, y ahora planeaba que viviera entre ellos. La expresión de Yang era una mezcla de determinación y esperanza, como si estuviera compartiendo un secreto que podría cambiar el curso de sus vidas.

Yang escuchó atentamente, su rostro reflejando una mezcla de comprensión y aprecio por la confianza depositada en él. Su mirada se volvía más intensa a medida que la narrativa se desarrollaba, como si pudiera visualizar la situación y las decisiones que se avecinaban.

Después de la historia, Yang asintió con solemnidad, sus ojos transmitiendo una comprensión profunda. —Hagamos lo que sea necesario para que Lalabel se sienta bienvenida, dijo con una voz tranquila pero firme. Se pusieron de pie, listos para enfrentar los desafíos que la llegada de Lalabel podría presentar. —Yang, tienes algunas pieles que puedas usar para hacerle ropa, después te las pago cuando regrese de cazar. —Si, no hay problema, —Yang asintió con un gesto amistoso. Las expresiones en sus rostros hablaban de una confianza profunda, de una comprensión silenciosa que solo los verdaderos amigos comparten.

El interior de la cabaña interior era bastante rústico con pieles de diversas criaturas que él había cazado a lo largo de los años. La luz del amanecer se filtraba tímidamente, pintando con tonos cálidos cada rincón de la estancia. El amigo de Yang examinó las pieles con un brillo de admiración en sus ojos. —Gracias, Yang. Esto es perfecto, expresó con gratitud, tomando algunas pieles cuidadosamente. —Casi se me olvida, ¿tendrás una espina e hilo para coser?. Yang, le entrego todo lo que necesitaba para hacer la vestimenta. Noir envolvió todo lo necesario y se transformó y se marchó.

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Lalabel al principio camino de un lado al otro esperando a Noir, "Supongo que la tardanza de Noir, es que está contando de cómo me salvo al patriarca de la aldea, es lo mas lógico, así que no te preocupes por eso". Es cierto que mi ropa destaque, al momento de cuando ocurrió el accidente yo estaba de regreso de la universidad luego de haber presentando un examen, usaba jean desgastados una franela blanca con estampada de huellitas de gatos y mi morral, no lo veo conmigo. —suspiró desanimada.

— Este mundo es posible debido a que muchas mujeres siguen manhwas del mundo de las bestias, y el deseo colectivo de muchas fans se materializo como un mundo paralelo. Es la única explicación que se me ocurre para este fenómeno, lo que me hace pensar en un anime con esta clase de teoría que vi hace algunos años. Bueno ya nos metimos en esta misión, al menos se me ocurrió pedir un sistema de apoyo, aunque parece más una habilidad tramposa. Lalabel se encontraba absorta en sus pensamientos. La penumbra del lugar la envolvía, y solo el suave destello del sol se dispersas proporcionaba una débil iluminación. Sumergida en sus reflexiones, no percibió el regreso sigiloso de Noir, cuyos pasos apenas susurraban sobre la rugosa superficie de la cueva.

Noir, con su presencia sigilosa, se aproximó a Lalabel, llevando consigo un manojo de pieles que sostenía con delicadeza. Su figura se recortaba en la oscuridad, su silueta se deslizaba como una sombra entre las piedras. Lalabel estaba sumergía en sus pensamientos que no escucho cuando estaba de regreso Noir a la cueva.

Ajena a la proximidad de Noir, ella permanecía inmersa en sus pensamientos. El susurro de sus propios pensamientos parecía ahogar el sonido de los pasos que se acercaban. Fue entonces, en un momento de distracción profunda, cuando Noir decidió anunciar su presencia. —¡Estoy de regreso! — le susurro al odio, en ese momento reacciono y torpemente retrocedió haciendo que sus pies se enredaran. —"ahhh me voy a caer"—cerro los ojos esperando el impacto.

Noir, sin inmutarse, soltó las pieles que había llevado consigo, dejándolas en el suelo de la cueva. Rápido como el destello de una sombra, extendió sus brazos y rodeó la cintura de Lalabel con firmeza, como si estuviera a punto de iniciar un elegante baile. La penumbra resaltaba la expresión de ambos, sus rostros iluminados por los rayos del sol que comenzaba a salir.

Los ojos de Noir reflejaban una chispa de interés, mientras sostenía a Lalabel en una pose inesperada. Aunque inicialmente sorprendida, la expresión en el rostro de Lalabel se transformó en una mezcla de sonrojo y nerviosismo. 

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Gracias por leer mi novela.

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El ultimo paraíso de las bestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora