El ultimo paraíso de las bestias

Capitulo 35: Aldea Ara Macao

Capitulo 35:

Nos alejamos un poco de la estatua para debatir, formando un círculo entre los cinco presentes. El sol apenas penetra a través de la apertura del techo de la recamara, creando un ambiente sombrío y opresivo. La estatua que permanece a nuestra espalda, una presencia constante y amenazadora. Mi corazón late con fuerza, consciente de la magnitud de la tarea que nos espera.

El primero en hablar fue Liam, siempre buscando aportar conocimiento al grupo. Su voz, baja y calmada, rompe el silencio.

—La perla roja de la tribu Ara Macao es una reliquia que se pasa a los patriarcas. La única forma de que nos entreguen esa reliquia es realizar una contribución muy grande hacia la aldea —explicó, mirando a cada uno de nosotros con seriedad.

Sus palabras nos hacen reflexionar. La tribu Ara Macao es conocida por ser extremadamente protector y orgulloso de sus tradiciones. Sé que será una tarea difícil, pero no imposible.

—Podemos ir primero a la tribu Ara Macao —sugiere Liam—. Está a un día de camino desde aquí.

Lala saca el mapa de su espacio dimensional,— despliego el mapa sobre el suelo húmedo y lleno de hojas. Liam se inclina y señala la ubicación de la tribu Ara Macao con precisión.

—La aldea de la tribu Ara Macao queda marcada en el mapa como nuestro siguiente destino —digo, asegurándose de que todos vean el punto marcado.

Después de discutirlo brevemente, todos estamos de acuerdo en que este es el mejor curso de acción. Siento una mezcla de nerviosismo y determinación mientras guardo el mapa nuevamente. Nuestro camino está decidido, pero es solo el primer paso en una larga y peligrosa travesía.

Noir, con su voz firme y calculadora, añade más detalles a nuestro plan.

—Después solo quedaría ir a la península Arana, donde se ubican los tritones. Llegar hasta allá nos tomará un mes de ida y casi otro mes en regresar aquí. Debemos conseguir un aliado en la tribu de los tritones para poder descubrir información sobre la perla negra.

Sus palabras resuenan con la cruda realidad del desafío que tenemos por delante. Un viaje largo y peligroso a través de territorios desconocidos, buscando objetos que no solo son raros, sino también fuertemente custodiados.

—¿Están todos de acuerdo? —Lala preguntó, buscando la confirmación en los rostros de mis esposos.

Asienten, cada uno de ellos mostrando una mezcla de determinación y ansiedad. Sé que están tan comprometidos como yo, aunque cada uno tiene sus propias dudas y temores.

—Aceptamos tu pedido, tendrás que ser paciente, lo que has pedido será difícil de conseguir, — Yang, le hizo saber a la estatua la aceptación.

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Sonrió con astucia, sabiendo que los había atrapado en mi telaraña. —"Una vez que me traigan esos objetos, les enseñaré el lenguaje antiguo. Pero recuerden, el tiempo apremia. Cada momento que paso en esta estatua es un tormento para mí, y no toleraré excusas."

Los visitantes asienten solemnemente, aceptando el desafío que se les presenta. Se preparan para emprender la búsqueda de los objetos mágicos que les he exigido, conscientes de que el éxito significa no solo el conocimiento que ansían, sino también la liberación de mi prisión de piedra.

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Pov Lao.

El aroma de las hierbas secándose llena el aire, proporcionando una sensación de calma y seguridad.

—"Deberías pasar la noche aquí," —le digo con voz suave pero firme. "Mañana podrás seguir tu camino."

Tarish asiente, visiblemente agradecido, pero antes de que pueda responder, continúo hablando, anticipando su próxima pregunta.