Capitulo 44: Aldea Arán

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Capitulo 44: Aldea Arán

Aclaración: 

  «Pensamientos»

En las profundidades más oscuras y misteriosas del océano, donde la luz del sol apenas alcanza a filtrarse, habitaba la tribu de los tiburones

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En las profundidades más oscuras y misteriosas del océano, donde la luz del sol apenas alcanza a filtrarse, habitaba la tribu de los tiburones. Este rincón del mar era un lugar sombrío y frío, dominado por la penumbra y el silencio absoluto, interrumpido solo por el ocasional crujido de una roca movida por la corriente o el eco distante de una criatura marina. En este ambiente inhóspito, los tiburones se movían con una gracia y una fuerza temibles, sus cuerpos musculosos y sus aletas afiladas cortando el agua con precisión.

En el corazón de esta oscuridad, un gran tiburón blanco llamado Isak lideraba la tribu. Sus ojos negros y penetrantes observaban a su grupo mientras se reunían en un círculo a su alrededor. Sus dientes afilados relucían bajo la escasa luz, y su presencia imponía un respeto instintivo entre los suyos.

—Este año —dijo Isak, su voz resonando como un trueno en las profundidades—, cada uno de nosotros tiene la oportunidad de ser elegido por alguna sirena. Aunque nos consideran bárbaros por nuestros métodos de apareamiento, no debemos dejarnos desanimar.

Los tiburones asintieron, recordando las historias de cómo eran percibidos por otras criaturas del mar. Su naturaleza feroz y su reputación de cazadores despiadados les había ganado una imagen temida y a menudo incomprendida.

—También contamos con una buena cantidad de perlas hermosas para ofrecer a las sirenas —continuó Isak, sus ojos brillando con determinación—. Hemos tenido batallas feroces para reunir estas perlas. Son un testimonio de nuestra fuerza y habilidad.

 Son un testimonio de nuestra fuerza y habilidad

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Selva...

La primera semana de viaje....

Los días pasan mientras descienden de la selva y se acercan a la playa. Cada día es una mezcla de desafío y descubrimiento. Cuando Lala se siente cansada de caminar, Yang se transforma en un gran lobo, llevándola en su espalda con suavidad y fuerza. Otras veces, es Noir quien se transforma en águila, elevándose sobre el terreno difícil y dándole una vista panorámica del camino que tienen por delante.

El ultimo paraíso de las bestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora