Capitulo 51:
Habían pasado tres semanas desde que las lluvias comenzaron, y cada día la temperatura parecía bajar más. La humedad se metía en cada rincón de la cabaña, haciendo que las maderas crujían y el aire oliera a tierra mojada y sal. Decidí permanecer en mi forma de pantera; mi pelaje era cálido y ayudaba a mantener mi cuerpo a salvo del frío. En esta forma, podía sentir con claridad cómo mi vientre abultado se estiraba con el peso de mis pequeños. Cada movimiento de las crías me arrancaba una sonrisa suave, aunque no dejaba de preocuparme. Si mis cálculos eran correctos, daría a luz en dos semanas.
Estaba absorta en mis pensamientos cuando la voz grave y serena de Noir me sacó de ese trance.
—Lala, es hora de comer. Ven antes de que el pescado se enfríe.
Sus palabras eran simples, pero en su tono había una calidez que hacía imposible ignorarlo. Él, al igual que Teru, Yang, Liam y Tarish, siempre estaba pendiente de mí. Cada uno, a su manera, velaba por mi bienestar, y aunque no siempre lo dijeran en palabras, su preocupación se sentía como un manto suave cubriéndome.
Suspiré y regresé a mi forma humana, dejando atrás la pantera por un rato. Al entrar al comedor, un espacio rústico con mesas de madera toscamente pulidas, me recibió un delicioso aroma a pescado recién hecho. En el centro de la mesa había una ensalada fresca con hojas verdes y frutos, y junto a ella, un vaso lleno de jugo que olía dulcemente a mango. Mis labios se curvaron en una pequeña sonrisa.
—¿Estás bien? —preguntó Teru con una mirada suave mientras me acercaba a la mesa.
—Sí, solo estaba pensando —le respondí, acariciando mi vientre con lentitud.
Tarish, siempre atento, me acercó una silla para que me sentara cómoda. Yang me entregó el vaso de jugo sin decir nada, pero con un leve asentimiento que decía más de lo que necesitaba.
A medida que avanzaba el almuerzo, el ambiente dentro de la cabaña era tranquilo. Sin embargo, en mi interior, las dudas se acumulaban. ¿Sería capaz de dar a luz en este lugar tan alejado de todo lo que alguna vez conocí? El ruido constante de la lluvia afuera se combinaba con el murmullo de las conversaciones a mi alrededor, creando una atmósfera casi hipnótica.
—¿En qué piensas? —preguntó Liam, mirándome con ojos curiosos mientras mordía un trozo de pescado.
Dudé un momento antes de responder.
—En todo lo que viene. En cómo cambiarán las cosas cuando los pequeños nazcan.
—No tienes que preocuparte tanto —intervino Yang, con su voz grave y serena. —Estamos aquí contigo. No estarás sola.
Sabía que sus palabras eran sinceras, pero aún así, mi corazón cargaba con la incertidumbre. Estar a cargo de nuevas vidas en medio de un lugar tan salvaje y remoto era intimidante.
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El ultimo paraíso de las bestias
Roman d'amourLalabel una Estudiante de 3 er año de veterinaria, sufre un accidente en la calle y después de la caída conoce a un misterioso anciano, la transfiere otro mundo de Fantasía donde los animales se transformar en humanos. Lalabel y sus esposos reco...