Capitulo 46

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Capitulo 46: Pista sobre la canción perdida.

Al caer la noche, Lala propuso a sus esposos hacer una fogata para cenar en la playa

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Al caer la noche, Lala propuso a sus esposos hacer una fogata para cenar en la playa. La idea de pasar una velada bajo las estrellas antes de que comenzara la temporada de lluvias le parecía irresistible.

—Vamos a la playa —dijo Lala con entusiasmo mientras preparaban todo para la fogata—. Quiero ver las estrellas antes de que lleguen las lluvias.

Yang, Teru, Liam y Tarish asintieron, compartiendo su entusiasmo. Noir se encargó de encender la fogata, y extender una piel sobre la arena para sentarse de manera más cómoda. Pronto, las llamas danzaban alegremente, iluminando la playa con su cálida luz. El sonido de las olas mezclado con el crepitar de la leña creó un ambiente relajante y mágico.

Sentados alrededor de la fogata, comenzaron a preparar la cena. Habían recolectado mariscos frescos y pescado durante el día, junto con algunas frutas tropicales. El aroma de la comida asándose sobre el fuego llenó el aire, mezclándose con la brisa marina.

—He estado pensando —dijo Lalabel mientras observaba las llamas—. Quizás el Guardián del océano sepa algo sobre la perla negra que buscamos.

Sus esposos la miraron con interés. La perla negra era un objeto de gran importancia, para entregarla a la estatua.

—Es una buena idea —respondió Yang—. Si el kraken es tan antiguo y poderoso como dicen, podría tener información valiosa.

—Pero primero, necesitamos encontrar la melodía de Arana —añadió Teru—. Sin ella, despertar al kraken será imposible.

Lala asintió, su mente trabajando en posibles soluciones.

Noir, sugirió:

—Podríamos preguntar a los ancianos si conocen a alguien que haya oído fragmentos de la canción. Tal vez alguien tenga recuerdos o historias que puedan ayudarnos.

Mientras la cena terminaba de cocinarse, Lala se recostó encima de una piel, mirando las estrellas. El cielo nocturno se extendía infinitamente sobre ellos, salpicado de brillantes puntos de luz que parecían contar historias propias.

—¡Espero traer un mejor futuro para todos! —susurró Lala, acariciando su vientre con cariño. —Me pregunto si nuestros polluelos también serán curiosos, como yo.

—Estaremos aquí para enseñarles y protegerlos —respondió Noir, tomando la mano de Lala.

Noir, Yang, Teru, Liam y Tarish se acomodaron a su alrededor, creando un círculo de apoyo y amor. Cada uno de ellos sentía una conexión profunda con Lala, y ver su rostro iluminado por la luz de la fogata y las estrellas les llenaba de felicidad y paz.

Lala se sintió abrumada por el amor y la confianza de sus esposos. Su corazón latía con fuerza.

—Gracias, mis amores. Con ustedes a mi lado, sé que encontraremos la perla negra y muchas cosas más.

El ultimo paraíso de las bestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora