Capitulo 45: Investigando

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Capitulo 45: Investigando

Casi al final de la tarde, Yang, Teru, Liam y Tarish llegaron a la entrada de la aldea Arán. Estaban sucios y llenos de heridas, signos claros de que habían salido bien librados de una batalla con salvajes. Uno de los guardias los detuvo, observándolos con cautela.

—Somos los compañeros de la hembra que llegó a la aldea con otro de sus compañeros —explicó Yang, intentando mantener la calma a pesar del cansancio evidente en sus ojos.

Los guardias, al ver el estado en el que se encontraban, intercambiaron miradas antes de finalmente permitirles pasar después de unos minutos de deliberación.

—Pueden pasar, pero no causen problemas —dijo uno de los guardias, abriendo la puerta de la aldea.

Yang, Teru, Liam y Tarish entraron rápidamente, siguiendo la conexión especial que compartían con Lala gracias a la marca de conyugal. Sentían su presencia en la última cabaña de una hilera. Se dirigieron hacia allí con paso firme pero apresurado, deseando verla y asegurarse de que estaba a salvo.

Al llegar a la cabaña, Yang tocó suavemente la puerta.

—Lala, somos nosotros —dijo Yang con voz firme pero suave.

La puerta se abrió lentamente y allí estaba Lala, su rostro iluminado por una mezcla de alivio y felicidad al verlos. Noir estaba junto a ella, con una expresión de calma y seguridad.

—¡Yang! ¡Teru! ¡Liam! ¡Tarish! —exclamó Lala, abrazándolos uno por uno, sintiendo el alivio de tenerlos a todos a salvo.

—¡Gracias al Dios creador que están bien! —dijo Noir, su voz baja pero llena de gratitud.

Lala los miró a todos, sus ojos brillando con lágrimas de alivio, la presencia de sus esposos le daba fuerzas. Se sentaron en la cabaña, compartiendo sus experiencias y asegurándose de que todos estaban bien.

—Hemos llegado a un lugar seguro, al menos por ahora —dijo Yang, mirando a Lala con ternura—. Lo más importante es que tú y los cachorros están bien.

—Sí, estamos a salvo gracias a todos ustedes —respondió Lala, acariciando su vientre con una sonrisa.

La cabaña era sencilla pero acogedora. Las paredes de madera estaban adornadas con conchas marinas, y una suave brisa traía el olor del mar.

Al entrar en la cabaña, Lala se apresuró a limpiar las heridas y aplicar ungüentos a Yang y Teru. Cuando fue el turno de Liam, notó una nueva marca en su brazos, indicando un aumento en su poder.

—Felicidades por tu nueva marca mi Liam —susurró al oído de Liam, besando su mejilla suavemente.

El rostro de Liam se sonrojó intensamente como una cereza. Lala sonrió y continuó curándo lo. Al examinar a Tarish, vio que él también había ascendido con una nueva marca de poder, ahora con tres marcas en su cuerpo.

—Felicidades, mi gatito, por convertirte en un macho de tres rayas —le susurró al oído y le besó la mejilla.

Tarish permaneció en silencio, sonrojándose intensamente. Lala terminó de limpiar y curar a todos, sintiéndose profundamente agradecida por tenerlos de vuelta.

—Descanses, Noir y yo nos encargamos hoy. — acarició el cabello de Yang.

Lala y Noir sacaron los implementos de cocina que habían traído y comenzaron a preparar un guisado de verduras con trozos de carne. El aroma de la comida llenó la cabaña, proporcionando una sensación de hogar y seguridad. La luz de las velas parpadeaba suavemente, creando un ambiente cálido y acogedor.

El ultimo paraíso de las bestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora