La noche de la bestia (Libro 1)

Cap 30: Tentando a la suerte

Denise y Scott llamaron a la puerta de la clínica un par de veces y después de unos segundos esperando fuera Deaton por fin les dejó pasar.

-¿Lo habéis encontrado?-preguntó con cierto tono de preocupación en su voz cerrando la puerta detrás de ellos-.

-Está en la antigua cárcel abandonada, dentro del casco antiguo de la ciudad.
Hay cinco hombres vigilando, tres fuera y dos dentro y están armados hasta los dientes con balas de acónito-explicó Denise apoyándose sobre la mesa, esperó un segundo y prosiguió-Yo voto por atacarles primero.

-No, eso es exactamente lo que están esperando, tenéis que ser más listos, entrar dentro sin que sospechen, de ese modo será mucho más fácil sacar a Derek-dijo Deaton mirando con mala cara a Denise-.

-La verdad, estaba considerando matarlos, a todos.

-No vamos a matar a nadie y si de verdad eso es lo que quieres que sepas que no pienso ayudarte-replicó Scott girándose hacia ella de mala manera- ¡Si vamos a trabajar juntos será con mis reglas!

-¿Nunca voy a tener un poco de diversión en esta ciudad?-dijo Denise con una sonrisa macabra-¿a qué viene tanta moral y ética?

-A que a diferencia de ti, Scott y yo tenemos principios.

-Pero eso no os ayudará a sobrevivir cuando todo se derrumbe-dijo de forma enfadada cruzándose de brazos-.

Scott suspiró y trató de ignorar ese comentario.

-Hay un edificio cerca de allí, podemos saltar desde el tejado y meternos dentro sin que nos vean.

-Bien, tú te encargarás de encontrar a Derek, dejame a mí a los cazadores-Scott la miró soltando un pequeño gruñido-Y tranquilo, prometo no hacerles daño, bueno, prometo no matarlos.

-Según lo que me ha contado Deaton sobre ti y lo que has estado haciendo los últimos días, dudo mucho que tus promesas signifiquen algo, Denise.

-Solo intento sobrevivir, aquí no hay reglas ¿entiendes? Se trata de sobrevivir a cualquier precio, hasta tal punto en que si tuviera que matar a mí propia manada a cambio de respirar un día más, lo haría sin dudarlo un segundo, no tengo que obedecer a ningún principio. Ya hace tiempo que dejé los míos atrás o directamente-sonrió- quizá nunca los tuve y quiza es por eso por lo que sigo viva.

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La forma en que Amber había escapado de Will resultaba muy poco elegante por su parte pero, la verdad, no se le había ocurrido otra cosa que salir por la ventana del baño, tenía que darse prisa en llegar, antes de que fuese demasiado tarde.

No podía ir a la clínica, seguramente Scott y Denise aún estarían discutiendo como rescatar a Derek y conociéndolo tan bien como lo conocía, si se enteraba de que se había escapado era capaz de salir a buscarla y traerla arrastras de nuevo a su casa.

Se dirigió al casco antiguo lo más rápido que pudo, intentando dejar atrás todos esos pensamientos pero, a pesar de todo seguían sin desaparecer, siempre aparecía en su mente la razón por la cual hacía eso: un Derek torturado por los cazadores

A veces le daba miedo lo que podía llegar a imaginarse en esos casos.

Las farolas iluminaban las calles a su paso, la tenue luz de éstas pronto le hicieron ver que había empezado a llover débilmente, un pequeño rayo partió el cielo en dos haciendo que un escalofrío le recorriese toda la columna vertebral y se le erizase la piel.

"Vamos, Amber, ahora ya no puedes echarte atrás"-habló por primera vez su subconsciente- "¿Por qué siempre tienes que meterte en problemas? ¿A caso te gusta estar en peligro? ¿Lo disfrutas? ¿Te da igual poner en peligro a los demás por tú maldita forma de actuar? MÁNTENTE AL MARGEN, no es tan difícil de entender"