Cap 24: "Confía en mí"

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Bajó la cabeza, la presión del cañón le provocaba un pequeño escalofrío que le recorría la toda la espalda, pero no tenía miedo, su corazón se había ralentizado, era como si en verdad, no estuviese allí, como si todo fuese una pesadilla pero a diferencia de las demás, no creía que despertase de ésta.

Derek no podía permitir que esa cazadora le volase la cabeza a Amber, no solo por salvarla sino porque también era algo especial, aunque había escuchado rumores acerca de ese tipo de criaturas sobre naturales jamás había visto una que resistiera al acónito. Evidentemente la prueba había funcionado con ella, Amber no era del todo humana pero, si no era humana ¿qué es lo que era?

No tenía tiempo de averiguarlo, al cuenta atrás había empezado y tenía que hacer algo, cualquier cosa incluso... bajar de un salto y atrapar el cuello de la verduga entre sus garras, hasta tal punto que casi estuviesen clavándose en su cuello.

La pistola cayó al suelo con un sonido secó mientras el resto del grupo se mantenía apuntando a Derek, incluido Darrel.

-Si os atrevéis a disparar, me la cargo-gruñó agarrándola con fuerza al tiempo que ella intentaba soltarse en vano-.

-¡Dispara!-gritó Nadia sin dejar de luchar por liberarse- ¡Dispárale a la chica! Yo no importo, ¡Darrel, dispara!

Darrel sujetó con mayor fuerza la empuñadura de su arma, estaba a punto de apretar el gatillo, pero por la expresión de su cara podía verse que no quería hacerlo, no quería sacrificar la vida de su hermana. La tensión podía respirarse en el aire, todo el mundo les apuntaba a ambos pero nadie disparaba.

Derek apretó con más fuerza la garganta de Nadia contra sus garras, dándole así un aviso al resto de los observadores.

Amber se giró hacia Ethan lentamente, no quería que pensasen que pretendía escapar o algo parecido y disparasen por accidente, estaba tirado en el suelo totalmente inconsciente pero parecía que por lo demás, estaba bien.

-Sal de aquí. Yo me ocupo-dijo Derek con voz ronca girándose hacia ella-.

-¿Der...?-comenzó a decir pero al observarlo, su sonrisa se desdibujó de golpe y lo único que pudo hacer fue echarse hacia atrás temerosa de su nuevo aspecto-.

-Vete-dijo de forma enfada, ella negó con la cabeza incapaz de decir nada, estaba aterrada, no quería que se le acercase-.

Esa mirada se le clavó como una flecha en el pecho.

Uno de ellos dio un paso hacia delante y al instante Derek rugió agresivamente haciendo que éste retrocediese de nuevo.

-Vete-repitió con la voz más calmada-.

Comenzaron a oírse disparos en el piso de arriba, luego gritos y rugidos, alguien más había entrado en la casa. Derek no podía soltar a Nadia para perseguir a Alfa pero por un segundo aflojó la presión sobre su cuerpo. Grave error.

Nadia provechó el momento para golpearle con el codo en las costillas para forzarle a soltarla y Derek no tuvo más remedio que hacerlo, empujándola hacia delante para crear una distracción mientras él cogía a Amber y Ethan y saltaba con ellos por la ventana.

Había perdido otra oportunidad, Amber y Ethan lo habían estropeado todo de nuevo, los cazadores la habían descubierto y no dejarían a ninguna criatura sobre natural viva, ya no podía hacer nada.

Aterrizó en el suelo como si nada, cargó a Ethan en su espalda y Amber salió corriendo hacia el fondo de la calle como alma que llevaba el diablo, huyendo de él.

Nadia se levantó rápidamente del suelo, agarró su pistola y se acercó a la ventana, comenzando a dispararles, pero Darrel intervino desviando su último disparo un par de metros detrás de Derek.

-¿Estás loca?-gritó Darrel- Si quieres matar a algo mata a eso.

Derek podía escuchar el corazón de Amber casi a punto de desbocarse seguidos de una respiración rápida, Scott apareció de repente en frente de ella, no podía confiar en Scott. ¿Y si él también era lo mismo que Derek? ¿Y si por eso decía que necesitaba su ayuda? Todo su mundo estaba cambiando segundo a segundo, ya no sabía que era real y que no, estaba completamente perdida.

Tomó un camino diferente, esquivando a Scott por un callejón, Scott recogió a Ethan y Derek corrió tras Amber, no era seguro que estuviese por allí con todo lo que estaba pasando y no iba a dejarla allí.

El cielo se había cubierto de extensas nubes de tormenta, estaba comenzando a llover y los truenos ya se oían retumbar a lo lejos, Amber siguió corriendo hasta que sintió que se estaba ahogando, se apoyó en una pared para tratar de recobrar el aliento, se pegó a ella y se deslizó hasta el suelo sollozando.

No le importaba estar empapándose, no entendía que había pasado, no sabía que había visto, no podía confiar en nadie, no sabía qué hacer ni que pensar.

Segundos después, Derek apareció y la encontró allí sentada, dio un par de pasos hacia ella sin que se diese cuenta hasta que estuvo a pocos metros.

-Amber... tenemos que irnos-dijo con la voz tranquila acercándose un par de pasos más pero ella solo se echó atrás -Amber...

-¡No te me acerques!-gritó desesperadamente moviéndose hacia atrás- ¡NO TE ACERQUES A MÍ!

-No puedes quedarte aquí, tarde o temprano te encontrarán.

-¿Qué diablos eres? ¿Por qué ese tío ha dicho que soy especial? ¿Qué soy?

-¡NO LO SÉ! Amber, tenemos que irnos ya, confía en mí por una vez-dijo tendiéndole la mano para que se levantase-Te prometo que no voy a hacerte daño

-No puedes pedirme eso después de cómo te he visto-replicó ella negando con la cabeza sin acercarse mucho a él-.

-Entonces, confía en Scott.

Extendió su brazo y después de un segundo de duda sin saber al cien por cien si debía hacerlo o no, decidió agarrar su mano y él le ayudó a levantarse, se marcharon en su coche y durante el camino nadie dijo una palabra. Amber miraba con ojos vacíos las luces de los coches pasar por la carretera, los párpados se le cerraban irremediablemente pero ella intentaba mantenerse despierta mientras estuviese con Derek.

Su piso estaría libre por esta noche, los cazadores perseguirían a Alfa toda la noche y habrían dejado algunos puestos sin cubrir, a partir de ahora, tendría que pasar más tiempo con ella, averiguar qué clase de criatura era y mantenerla al margen de todo lo que sucediese.

Bajó del coche, cogió a Amber, que se había quedado dormida en el asiento del coche y con cuidado la subió a su piso dejándola sobre su cama, ella ni siquiera se había dado cuenta de que se había dormido, Derek se agachó a su nivel y la observó por unos segundos de cerca.

Le recordaba a Nina, lo que haría mucho más difícil que pudiese estar con ella, era como si el destino se estuviese riendo de él, recordándole todos los días que ella no estaba allí, ni lo volvería a estar nunca más. Que esa era la razón por la que no se había permitido volver a tenerle cariño a nadie, para no volver a sentir lo que sintió cuando Nina murió.

Retiró uno de los mechones de pelo que cubrían la cara de Amber recogiéndolo detrás de su oreja, había aparecido un pequeño símbolo en su cuello, era como una especie de cruz con cuatro puntos que correspondían a cada brazo pero solo fue visible por unos segundos, después volvió a desaparecer.

-Sí, definitivamente eres algo de lo que jamás he oído hablar-susurró en su oído poniéndose de pie de nuevo-.

Envió un mensaje un mensaje a Scott diciendo que todo estaba en orden y que Amber estaba en su casa.

Se echó en el lado libre de la cama, cerca de la puerta para controlar si alguien entraba, Amber se giró de repente hacia él aunque sin despertarse quedando los dos cara a cara a pocos centímetros.

Derek se detuvo a mirarla por un segundo, parecía tan tranquila, su corazón latía a una velocidad lenta, casi relajante, suspiró dándose la vuelta hacia la puerta y cerró los ojos, había sido una noche demasiado larga.

La noche de la bestia (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora