La noche de la bestia (Libro 1)

Cap 10: La bala mágica

Ethan pisó de forma repentina el acelerador haciendo que Amber fuese empujada hacia atrás y se agarrase al manillar del techo.

-¡Wouu, wouu, wouu!-gritó cuando el piloto giró de golpe hacia la derecha en una curva cerrada-.

Si no hubiese sido porque llevaba cinturón y porque la puerta estaba cerrada ahora mismo se habría salido del coche.

-¡¿Pero a qué velocidad vas?!- se acercó un poco al volante, mucha más a la que deberían- Estamos siguiendo a tu amigo no en una carrera

-Eres tú la que quería que pisase a fondo hace un par de segundos si no recuerdo mal-replicó jugando con la palanca de marchas-.

-¡Sí, pero no dije en ningún momento que quisiese morir!-volvió a gritar cuando un coche cambió de carril y después de un segundo volvió a colocarse en el mismo dando furiosos bocinazos-.

-¿Quieres tranquilizarte un poco? Está todo controlado, está justo en frente.

-Ha pasado el semáforo, no vamos a llegar a tiempo para cogerle antes de que cambie de color.

-Oh, claro que sí. No hemos llegado hasta aquí para perder a Scott por un semáforo en rojo

Mal asunto, había puesto esa cara que le ponía los pelos de punta, no era bueno, no era nada bueno, eso significaba que iba a hacer una locura que iba a poner en peligro su integridad física.

-Ethan, no. ¿No pensaras en...? Dime que no vas a...- la frase fue interrumpida cuando de nuevo pisó a fondo el acelerado e hiciese que ella se golpease la espalda con el asiento de nuevo- ¡Vale, sí que lo vas a hacer!

El coche se acercaba a toda velocidad hacia el cruce mientras  Amber cruzaba los dedos para que Ethan, el coche y ella saliesen ilesos de aquella locura.

-¡Para! ¡No vas a llegar!-él hizo caso omiso a los gritos de Amber- ¡Cuidado con ese coche! ¡Aaa!

Consiguieron pasar antes de que cambiase de color haciendo que el coche pegase un pequeño salto, después Ethan redujo la velocidad y aparcó su coche, ya no le veían.

-¡¿Es que estás chiflado?!-gritó dándole un golpe fuerte en el hombro-¡Lo has perdido!

-¡Au! ¡Deja ya de dar voces!-replicó apartándose todo lo que pudo de ella- Lo siento ¿Vale? Pensaba que vendría aquí

-¿¡A la clínica veterinaria!?

-¡Sí, trabaja aquí por las tardes como ayudante!

-Mándale un mensaje diciéndole que quieres hablar con él o cualquier cosa que se te ocurra y así a lo mejor nos dice dónde está.

-¿Por qué no se lo mandas tú? Ahora también es amigo tuyo

-Porque sabe que quiero saber lo que estaba pasando con ese chico y entonces no querrá decirnos nada.- dijo retirando las llaves del coche haciendo que este se apagase-.

-A, ¿Por casualidad el chico te parece guapo?-sonrió irónicamente-.

-¿¡Quieres mandarle el mensaje de una vez?!

Ethan suspiró y sacó su móvil.

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Ethan: Scott, tengo que hablar contigo de algo ¿dónde estas?

Scott: Ahora no puedo hablar, estoy en casa de Allison y luego tengo que ir a la clínica, tendrá que ser mañana.

Ethan: ¿Allison? ¿La Allison por la que estás pillado desde segundo?

Scott: Sí, estamos estudiando juntos.