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Trigger Warning: Violencia sexual, agresión, humillación

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Trigger Warning: Violencia sexual, agresión, humillación.

Cecil regresó a la mansión para ayudar a la búsqueda dentro del lugar, debido a que se encontraba más familiarizado con el entorno que el resto, esperaba hallar con más rapidez cualquier escondite inesperado. Estaba a punto de salir de la cocina cuando se encontró de frente a Jeffrey, quien el dirigió una mirada fría, hostil. Cecil apretó los labios, dando un paso atrás por la sorpresa, aquella expresión no auguraba nada bueno.

—No creas que no me he dado cuenta de lo que pasa entre ustedes dos —dijo, su voz se escuchaba amarga, había un dejo de resentimiento difícil de ignorar. Cecil sintió un nudo en el estómago ante las palabras del hombre.

"No tengo tiempo para esto" respondió, intentando hacerse a un lado para evitar aquella conversación. Jeffrey lo tomó del brazo, el agarre fue tan fuerte que le sacó un gemido de dolor, el hombre prácticamente lo arrastró hasta ponerlo contra la pared.

—Ya te acostaste con él ¿Verdad? Por eso permites que actúe tan altanero con nuestra familia, que me acuse de hacer todas esas tonterías e intenté destruirme, quieres que eso pase para deshacerte de mí —espetó, inclinándose para hablar muy cerca de su rostro. Cecil abrió los ojos de par en par, pálido y sin saber cómo defenderse ante aquellas afirmaciones, pues en cierta medida Jeffrey estaba en lo correcto.

La vergüenza se apoderó de él, comenzó a temblar de forma descontrolada, sintiéndose atrapado, acorralado Su respuesta tardó sólo unos momentos en llegar, sin embargo, pudo ver el momento de realización en la expresión de su marido.

—Pequeña puta —escupió las palabras con un odio que nunca había demostrado antes y con saña le dio una bofetada. Cecil se quedó aturdido, Jeffrey jamás lo había golpeado y la fuerza que utilizó lo dejó en blanco, paralizado y aterrorizado. Nadie lo había preparado para ser el objeto de la ira de alguien más poderoso que él y al igual que en ocasiones anteriores, como cuando Leah se volvía loca y lo atacaba, no supo cómo defenderse.

El hombre lo golpeó una segunda ocasión, el dolor lacerante hizo que se le saltarán las lágrimas. De repente sintió un empujón que lo envío al suelo, su cabeza chocó contra la pared, gritó, confundido y paralizado, la violencia que había recibido hasta ese momento no se comparaba con esto.

Jeffrey se colocó frente a él, tirando de su tobillo, Cecil abrió los ojos de par en par, observándolo cernirse sobre su cuerpo.

—No vas a escaparte esta vez, eres mi marido, eres mío —Jeffrey le abrió las piernas, pudo sentir sus manos rebuscando debajo de la túnica para encontrar el botón de sus pantalones y fue cómo si algo se iluminara en su cabeza.

Fue consciente de lo que estaba pasando, la expresión de aquel hombre monstruoso, de lo que iba a hacerle, de lo que podría ser su vida después de ese momento, después de que Jeffrey se diera cuenta de que podía tenerlo cómo deseaba si se imponía. Cecil hizo un ruido parecido a un gritó y utilizó su magia para darle un empujón que lo hizo chocar contra uno de los muebles.

Una belleza caída en desgraciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora