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Lady Dollmaker le contó todo a ambos, la historia era distinta a la que escuchó en medios oficiales, pero a Aster le pareció menos descabellado que Magnus se hubiese echado la culpa por un asesinato, a que fuese el perpetrador, por otro lado, aunq...

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Lady Dollmaker le contó todo a ambos, la historia era distinta a la que escuchó en medios oficiales, pero a Aster le pareció menos descabellado que Magnus se hubiese echado la culpa por un asesinato, a que fuese el perpetrador, por otro lado, aunque su hermano la metía en cualquiera que se dejara, nunca lo había visto tan comprometido como para poner en riesgo su reputación por otra persona.

Cuando la mujer terminó su relato, miró a Jude con una expresión que auguraba un cambio grande en sus vidas.

—Me llevaré a tu padre conmigo, es lo más seguro para ambos, pero quiero que tú te quedes con Cecil, pienso que a tu lado tendrá una mejor vida que oculto en las sombras de mi clan —explicó, había una combinación de tristeza y remordimiento en su voz.

Aster sintió a Jude tensarse. Parecía un poco enfermo, no estaba muy seguro de por qué. Confundido, lo tomó de la mano para darle un poco de apoyo y el hombre se tranquilizó poco a poco. Después de unos momentos de silencio, asintió en gesto concienzudo.

—Tráelo a casa, yo me encargaré de él —aquellas palabras fueron una sentencia en la que aceptó su papel como cuidador, renunciando a algo que parecía anhelar dentro sí.

Aster apretó el agarre y su marido le dirigió una mirada conciliadora, sonriendo en un gesto tenue. La mujer observó la interacción, pero no dijo nada, decidió mantenerse al margen de aquella conversación silenciosa.

—Permíteme trasladarlo a una de tus habitaciones, ahora mismo está dormido, pero pronto recuperará la conciencia —explicó, poniéndose en pie para dirigirse hacia el portal—. Volveré pronto.

Una luz se encendió bajo los pies de la mujer y esta se transportó rápidamente hacia otro lugar muy lejano. Aster se recargó en el hombro de Jude, sin saber que hacer o decir. El hombre tampoco agregó nada más, hasta que finalmente Rosemary apareció frente a ellos.

—Recibí una carta de tu padre, el resto se está ocupando de acomodar una habitación para su hermano —su expresión era seria y amarga, muy distinta a lo que se esperaría de aquel gran reencuentro. Aster notó enseguida del aire sombrío en el ambiente.

—¿Estás bien? —preguntó, dirigiéndose a su marido, quien parecía tenso ante la situación. Rosemary se disculpó, retirándose rápidamente para dejarlos a solas.

—Estoy bien —Se quedó un momento en silencio antes de explicarse—. En realidad, sólo me siento un poco extraño, siempre pensé que cuando encontráramos a Cecil volveríamos a ser una familia, no me había dado cuenta de que el tiempo pasó y todos somos adultos, con la vida hecha. Quien sabe si Cecil querrá quedarse después de despertar o cuando veré a mis padres una vez más—respondió. Había un dejó de decepción en su voz.

Aster se le quedó mirando, aunque la mayor parte del tiempo Jude se guardaba sus sentimientos bajo llave, a veces decía cosas que le rompían en corazón. Cómo no tenía idea de que hacer para ayudar en aquella situación, lo tomó del rostro y lo besó en los labios.

Una belleza caída en desgraciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora