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Aster se encontraba en la oficina del capitán de la guardia, quien se encargó de interrogarlo personalmente, pues la reina les había prohibido que llevarán al marido del general Brummell a una burda sala de interrogación

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Aster se encontraba en la oficina del capitán de la guardia, quien se encargó de interrogarlo personalmente, pues la reina les había prohibido que llevarán al marido del general Brummell a una burda sala de interrogación. Él estaba relativamente tranquilo, pues sabía que aquellas acusaciones eran ridículas, la última semana estuvo demasiado ocupado con la boda de Cassian como para planear un asesinato, sin embargo, no pudo evitar preocuparse por su hermano. El oficial, el señor Henry Campbell, comenzó a hablarle sobre los hechos en la isla Tortuga.

Básicamente se acusaba a su hermano de haber matado a un hombre, a su hijo y su nuera. Los testigos dijeron que encontraron un pedazo de manga perteneciente a Magnus y ubicaron a una persona que coincidía con la apariencia de Aster en el lugar. La investigación apenas estaba comenzando, así que no había una conjetura oficial, pero se decía que el joven Winchester mantuvo enfrentamientos con los Baker, los cuales incluían amenazas, insultos y el secuestro de un bebé.

Había diversas acusaciones, algunos decían que Magnus fue rechazado múltiples veces por Cecil Baker y su obsesión le llevó a asesinar a la familia y secuestrar al susodicho. Sin embargo, también se encontraron acusaciones diversas a los Baker que incluían secuestro, intentó de asesinato, esclavitud y algunos sirvientes vieron a Jeffrey Baker agrediendo a su marido en múltiples ocasiones.

Aster frunció el ceño y dio sus declaraciones, explicando que pasó toda la semana yendo al sastre o reuniéndose con personas por el tema de su negocio. Había un montón de gente que lo había visto dando vueltas por la ciudad y cuando revisaron su transportador no encontraron viajes registrados ese día ni días cercanos.

Cuando lo liberaron, Jude estaba arreglando una petición para que la oficina de seguridad pidiera disculpas públicas a Aster por el escandaloso arresto que hicieron. Aster le tomó del brazo y le sonrió.

—No creo que las disculpas sean necesarias —dijo, aunque estaba muy feliz por ver la forma en que el hombre se preocupara por él.

—Lo son —sentenció, dirigiéndose a la salida de la estación. Aster le sonrió—. ¿Te dijeron algo sobre la situación de tu hermano? —preguntó, acariciándole el cabello.

—¡No! ¡Ni siquiera saben dónde está! —lloriqueo, empujando la cabeza contra el brazo de su esposo. Estaba preocupado por su hermano, los regalos que había comprado para él un mes atrás le habían hecho pensar que efectivamente estaba cortejando a alguien. Si había matado a una persona no se libraría fácilmente.

La noticia lo tenía confundido, no se imaginaba a su hermano pequeño como un asesino, aunque era cierto que solía ser inescrupuloso cuando era adolescente. Aster pensaba en ello, cuando notó una figura en la puerta, un hombre alto, de cabello rubio, muy sucio y cubierto de sangre. Aster se llevó las manos a la boca, jadeando con sorpresa. Por un instante no lo reconoció, su mente no pudo relacionar a su pulcro hermano, un jovencito arrogante y orgulloso, con aquella figura mucho más varonil, su cuerpo había cambiado en poco tiempo, parecía una persona distinta.

Una belleza caída en desgraciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora