—¿Ahora si me reconoces? —pregunté ansiosa y me emocioné al verlo asentir con la misma ansiedad. —¿De veritas? —se levantó y tomó una de mis muñecas, pero le golpee con fuerza. —¡Idiota!
—¡¿Eso por qué fue?! —se sobó la mano, del suelo levanté varias piedras y se las lancé por todos lados.
—¡Trataste de ahorcarme!
—Bueno perdón, no sabía que eras tú —se defendió y oí al droide chillar debido a que una de las piedras le llegó.
—¡No puedes andar por la galaxia ahorcando gente, Anakin! —detuve mi mano en el aire, dejé la roca en el suelo y sacudí ambas manos en mi ropa. Cómo se le ocurría ahorcarme. —¿Dónde diablos aprendiste eso?
Se defendió alegando que su maestro le había enseñado a defenderse así, quien sabe que clase de maestro era ese, un irresponsable debe ser.
Me quedé mirando su rostro por largos minutos, como decía, era diferente, pero seguía siendo mi Skywito. Él me hablaba de sus años por la galaxia con emoción, nos habíamos sentado en el suelo, pero él se levantaba a cada rato y caminaba de un lado a otro, gesticulaba mucho y yo amaba eso.
Encendió el sable y me mostró todos los movimientos que sabía, hacía piruetas de un lado a otro, saltaba por todas partes y asustaba a las personas que pasaban, a uno que otro les decía ¨¿qué miras? ¿te gusto acaso?¨ y las personas salían corriendo. Fácilmente yo sería ellos si viera a un loco con un sable de luz en medio de la noche.
De un momento a otro dejó de moverse y se quedó de pie mirando a la nada, eso mismo hacía Qui Gon, ¿será un poder de los jedis el disociarse? —¿Estás bien, Ani?
—¿Dónde está mi mamá?
Oh oh.
—No lo sé... —murmuré y me oyó, se acercó con una mueca de confusión. —¿Hablaste con Watto no? —negó con lentitud, sentí mis vellos erizarse. ¿Cómo se le decía a alguien que su madre fue vendida a un tipo al azar con dinero?
—¡¿Cómo que la vendieron?! —tomó mis hombros con fuerza, miré de reojo sus manos y dejó de apretarme. —Kaia... dime qué pasa con ella, ¿dónde está? —acercó su rostro al mío, sus ojos veían a los míos atentamente.
Se mantuvieron así por varios segundos, era extraño y sentía mi mente revuelta.
—¿Por qué tratas de entrar a mi mente? —exclamé ofendidísima. —No sé cual es su paradero, Ani, pero si sé a quien fue vendida... Cliegg Lars, ahora dónde está, no sé.
Sentía tristeza en su corazón. Su alma estaba dependiendo de un hilo y quería ayudarle. Éramos yo y mi complejo de salvadora en este momento. —Pero Watto podría saber... —susurré.
Negó con molestia, había dolor en él, pero no pregunté.
R2 giró en círculos mientras chillaba y prendía una pequeña antena que me daba risa cada que la veía, no debe ser por algo bueno, pero en estos momentos es mejor reír que entrar en pánico y hacerse bolita para llorar. Anakin se había sentado en el suelo mientras bufaba con frustración, sus manos cubrían su rostro y yo busqué a R2 en busca de ayuda, el droide negó igual de cansado.
—¡¿Cómo no piensas, Anakin?! ¡Dije que te quedaras en Coruscant! ¿Qué diablos haces aquí? —alegaba el hombre, había llegado en un parpadeo y no me dí ni cuenta, menos Skywito, que estaba en silencio jugando con rocas del suelo.
—Oye... —le llamé la atención, sus ojos se dirigieron a mí entrecerrados y por obvias razones, le miré de la misma manera porque a mí nadie me mira feo. —¿Quién eres y por qué estás tan molesto? relaja la vena o va a explotar, mírate —apunté la vena de su frente, esta se cubría un poco con su cabello, pero era muy llamativa y fue inevitable no reír en mi mente.
La cosa es que si seguía gritando, su vena explotaría, él moriría y yo me traumatizaría, nunca he visto a una persona morir y espero no hacerlo nunca. Seguí observando su vestimenta y esta era de manera indiscutible, igual a la de Anakin, pero más anticuada; quizá era su barba lo que le hacía ver como un abuelito.
—Es mi maestro.
Le miré de arriba a abajo y viceversa. —Tú no eres Qui Gon —caminé a su alrededor con una mano en mi mentón, tenía los ojos bien abiertos para no dejar pasar detalles y las cejas bien arriba solo porque sí. —No, definitivamente no lo eres.
El hombre miró a Ani con una ceja alzada. ¿Es de confianza? le preguntó incrédulo, Anakin asintió eufórico.
—Puedo oírte, ¿Sabías? —me quedó mirando perplejo, puso una de sus manos a un lado de su cadera y se acercó a mí con un solo paso. —¿Qué?
Me tiró una mirada del que si mataran, habría llegado a China por lo profundo que enterraría mi cadáver. —¿Quién eres? O más bien, ¿qué eres?
No cariño, a mi no me miras con desdén. —Skywito dile a tu maestro que me está incomodando —Anakin asintió y puso una mano sobre el hombro del tipo.
—Maestro, le está incomodando.
—No seas su perro faldero, Skywalker —murmuró con sorna. —Mi nombre es Obi Wan Kenobi, caballero Jedi. ¿Tú eres?
Mi boca de abrió ante la sorpresa. —¡Así que tú eres Obi Wan! —giré una vez más a su alrededor y si, tenía toda la pinta de ser de quien hablaba Qui Gon antes o más bien de quien le pregunté, pero eso no va al caso. —Pensé que eras más guapo, digo, si estás bonito, pero pensé que estabas mejor.
—¿Disculpa?
—Descuida, hace un tiempo hablé con Qui Gon sobre ti, nada importante, no te preocupes... ¡Disculpa! ¿Debería tratarte de usted? —que vergüenza, había tuteado a un Jedi.
Y no morí en el intento, lo que era bueno, pero ¿Los jedis matan gente?
—No, ángel. Lo jedis no matan gente —respondió Anakin a mi lado, salté porque no lo había oído. Se dirigió a Obi Wan. —Ella es Kaia, le hablé de ella ¿recuerda?
—Espero que hayan sido cosas buenas... —susurré por lo bajo. Obi Wan se quedó mirando a Ani incrédulo. —Porque fueron cosas buenas, ¿verdad?
—Si, demasiado.
la u me está matando
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𝐓𝐀𝐓𝐎𝐎𝐈𝐍𝐄 ᴬᶰᵃᵏᶤᶰ ˢᵏʸʷᵃˡᵏᵉʳ ᶠᶤᶜˑ
FanfictionKaia Naberrie y Anakin Skywalker podrán tener la galaxia bajo sus pies, pero jamás dejarán de ser los chicos de Tatooine. ˢᵗᵃʳ ᵂᵃʳˢ ᶠᵃᶰᶠᶤᶜᵗᶤᵒᶰˑ ᴬᶰᵃᵏᶤᶰ ˢᵏʸʷᵃˡᵏᵉʳ ˣ ᵒᶜ ᶠᵉᵐˑ