𝐀 𝐒𝐢𝐭𝐡

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—El maestro Windu no me ha dejado ir,  pero me niego a quedarme de brazos cruzados

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—El maestro Windu no me ha dejado ir,  pero me niego a quedarme de brazos cruzados. Palpatine es un Sith y fui yo quien lo descubrió, ellos no pueden dejarme fuera de esto —la voz de Anakin sonaba con una molestia enorme, pero más que eso, había miedo que emanaba de él.

La línea de comunicación comenzó a cortarse.

—Solo nos queda esperar a que regresen, ya veremos después y- —negó de inmediato, por lo que me detuve. —¿Qué pasa?

—No estoy dispuesto a perderte, ángel.

—Ya tuvimos una conversación sobre eso, no me perderás. Estoy bien, mira —me levanté y me di la vuelta para que viera que estaba en perfecto estado. —Estamos bien, de hecho este niño está saltando ahora mismo —mi mano se dirigió a mi vientre y allí estaba, moviéndose como loco, aún no tenía nombre, pero había estado pensado en algunos.

Sonrió de lado, pero algo no me cuadraba. —Me alegra que estén bien, pero quiero pedirte algo. No salgas de casa, por nada del mundo y... no te preocupes por nada, llegaré en un par de horas.

—Anakin, tú prométeme algo —sin querer, mi voz sonó temblorosa.

—Dime, preciosa.

—No hagas nada estúpido —le pedí con el corazón en una mano y en la otra mi vida, tenía una mala impresión de todo esto, especialmente de este día.

Yo sabía que no debíamos levantarnos de la cama hoy, pero ignoré el sentimiento.

—Te amo —cortó la comunicación y yo me senté dando un fuerte suspiro, mierda, ahora si me siento en las cuerdas de la loquera. Sé que algo ocurrirá y temo por la estabilidad de la vida que llevamos actualmente; una vida tranquila en dónde ambos tenemos trabajos y podemos mantenernos con facilidad aunque nos escondamos del Consejo debido a sus reglas. No me importa tener que esconder nuestra relación, pero no quiero que todo se vaya a la mierda.

Me recosté en el sillón, tratando con todas mis fuerzas relajarme, pero fue cuando sentí una molestia en el vientre, una punzada que me hizo fruncir el ceño. Si me sorprendió, pero los droides me dijeron que era común en las últimas semanas, he ahí está el problema, yo no estoy aún en las últimas semanas.

Sentí una punzada más fuerte, la cual hizo que me encorvara.

—Tranquilo, pequeño, pequeña o lo que diablos seas —susurré, acariciando mi vientre con suavidad. —Todo va a estar bien. Solo quédate tranquilo, por favor.

Me incorporé lentamente, sintiendo que la inquietud crecía dentro de mí. Necesitaba hablar con alguien, alguien que pudiera calmarme y decirme que no había nada de qué preocuparse, y supongo que Padmé sería la mejor opción para ello.

Quiero tanto a Padmé que estoy pensando en hacerla madrina de mi bebé. Oh ¿ya estaba pensando como una madre?

Me puse una sobre camisa ligera y salí del piso, con destino al piso de Padmé, caminé con cuidado y con lentitud hasta que llegué a su puerta. Levanté la mano para tocar, pero antes de que pudiera poner una mano sobre la puerta, una fuerte punzada hizo que me detuviera. ¿Serán contracciones? no, es muy pronto.

𝐓𝐀𝐓𝐎𝐎𝐈𝐍𝐄 ᴬᶰᵃᵏᶤᶰ ˢᵏʸʷᵃˡᵏᵉʳ ᶠᶤᶜˑDonde viven las historias. Descúbrelo ahora