𝐏𝐫𝐞𝐠𝐧𝐚𝐧𝐭

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[Por allí dicen que antes de la tormenta viene la calma]

—Honestamente pensé que el General Grievous sería más alto, digo, no me quejo, pero si es bastante más pequeño

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—Honestamente pensé que el General Grievous sería más alto, digo, no me quejo, pero si es bastante más pequeño. Además dijo que yo era muy joven, pero tampoco me quejo, es más, es un halago —hablaba concentrado en toda su historia, por mi parte sólo lo oía y asentía cada que me preguntaba algo. —Por el momento ruego que Obi Wan no me necesite, soy feliz aquí contigo.

—Yo también soy feliz contigo

Anakin soltó un chillido y perdió su rostro en mi cuello, haciendo que mis vellos se erizaran. Como siempre, él podía hacer que mi cuerpo reaccionará con cada maldito movimiento.

Estábamos sentados en el tejado del edificio donde nos estamos quedando; se supone que cada uno tiene una habitación diferente, pero solo Padmé sabe que nos pasamos a la habitación del otro en medio de la noche. Las naves pasaban sobre nosotros, pero nadie se percataba de que estábamos allí.

—Te amo tanto.

—¿Quieres que llore? —mis emociones estaban disparadas en todas direcciones. —Es que me emociono cuando me dices eso. Yo te amo mucho más —agarré su rostro con mis manos y besé la punta de su respingada nariz. Con la que tanto estaba obsesionada, aunque hay una parte que le está quitando protagonismo; la cicatriz que tiene en el ojo le hace ver sin duda increíble. Digno de respeto y miedo. —¿Quieres dormir un ratito?

—Prefiero hacer otra cosa —su tono de voz cambió por uno ronco.

No, tigre. Esta noche no.

—Es que tengo sueño —murmuré antes de que tomáramos camino hacia la mi habitación, allí llegamos tan sigilosos como un ninja y él fue el primero en saltar a la cama tras quitarse la ropa en encima. No voy a mentir diciendo que mis ojos no lo recorrieron por completo.

Se giró para acurrucarse bajo mi tacto. Él era la cuchara pequeña. —Sueña conmigo.

Mis dedos se perdieron en los rizos dorados de su cabello, con ello se dormiría más fácil. —Sin duda lo haré. Sueña conmigo también.

—Siempre lo hago, ángel.

Acabó de acurrucarse como un niño pequeño y al cabo de unos minutos, y tras una pequeña charla de sus batallas, se durmió plácidamente. Me quedé admirando su cabello y como este se enredaba con facilidad en mis dedos debido al largo que tenía. Cerré mis ojos y sin pensar en absolutamente nada, me dormí.

 Cerré mis ojos y sin pensar en absolutamente nada, me dormí

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𝐓𝐀𝐓𝐎𝐎𝐈𝐍𝐄 ᴬᶰᵃᵏᶤᶰ ˢᵏʸʷᵃˡᵏᵉʳ ᶠᶤᶜˑDonde viven las historias. Descúbrelo ahora