⌗19: Can you hear me screaming?!¡

96 10 36
                                    

Satoshi | Bungō Stray Dogs¡! original fanfic 🗒️ ;;

[ 👨‍👨‍👦 : " ¿Puedes oírme gritar? Por favor, no me dejes

Espera, todavía te quiero

Vuelve, todavía te necesito

Déjame tomar tu mano, lo haré bien

Juro que te amaré toda mi vida "

📎# [ "Hold On" , "Chord Overstreet" ]

| シ︎ capítulo 19

—> 1750 palabras

Chūya se dirigió al ascensor, que había escuchado abrirse

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Chūya se dirigió al ascensor, que había escuchado abrirse. El pelirrojo no vio a nadie, pero se fijó en que en el suelo había una cesta cubierta con un pañuelo.

El mafioso alzó una ceja, pero tomó la cesta y la llevó a la cocina mientras oía el ascensor cerrarse a sus espaldas. Dejó la cesta sobre la isla de la cocina y puso los brazos en jarras, mirando con curiosidad la cesta.

¿Qué es esto?—se preguntó Chūya mientras retiraba el pañuelo. Un delicioso aroma inundó sus fosas nasales, y sonrió al ver que la cesta contenía cuatro magdalenas de pepitas de chocolate y cuatro de arándanos.

El mafioso tomó la de arándanos más cercana a él mientras se fijaba en que bajo ésta había una tarjeta con algo escrito.

"Disfruta estas magdalenas, Nakahara-san. De tu amigo Akutagawa Ryūnosuke"—leyó el pelirrojo—. Vaya, qué detalle—susurró Chūya mientras sonreía y probaba el dulce.

Sus ojos hicieron chiribitas al probar bocado, y tomó otro antes de dejar la magdalena donde estaba. Dejó la cesta tapada con el pañuelo y la guardó en la alacena mientras escuchaba saltitos de alguien aproximándose a la cocina.

¿Nos vamos, papi? Si llegamos tarde a la merienda en la cafetería Uzumaki, todos se preocuparán—dijo Satoshi con una sonrisa.

Sí; vamos, estrellita—contestó el adulto mientras tomaba de la mano a su hijo y se dirigía a la entrada al mismo tiempo que se limpiaba las migajas de magdalena que tenía en la comisura de los labios

—Sí; vamos, estrellita—contestó el adulto mientras tomaba de la mano a su hijo y se dirigía a la entrada al mismo tiempo que se limpiaba las migajas de magdalena que tenía en la comisura de los labios

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
SatoshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora