Nuestras bocas se buscaban con desespero. Ninguno quería separarse para tomar aire ni tampoco queríamos aflojar el ritmo. Era como si ahora que ya habíamos comenzado, ya no pudiéramos frenar.
Agarré su cintura con fuerza y nos di la vuelta para quedar con la espalda contra la pared. Bajé mis manos a su trasero y lo apreté contra mí, robándole un jadeo que terminó en mi boca.
Atrapé su labio inferior entre mis dientes y tiré de él, para después ahogar su gemido con otro beso. Su lengua se abrió camino en mi boca mientras sus manos acariciaban mis mejillas; era como si no pudiera decidir si ser suave o ser rudo. A lo mejor le gustaba ser ambos. A mí me gustaba que fuera ambos.
Sus toques se sentían como la electricidad. Era calor, era una chispa, era una descarga en todo mi cuerpo. Podía matarme o darme la fuerza para seguir vivo.
Quería tocarlo todo. Que sea mío en todo sentido. Deseaba que se entregara a mí, yo lo cuidaría y lo protegería como otros no hicieron. ¿Cómo es que existía gente que lo había dejado ir? No podía pensar en una decisión más estúpida que esa.
Abracé su cintura y junté nuestras frentes mientras recuperábamos el aliento. Jimin acarició mi mejilla con la punta de su nariz y descansó sus manos en mi cuello. Estaba seguro de que podía sentir mis palpitaciones, el ritmo acelerado de mi corazón enloquecido. Quería que lo hiciera, que supiera, que fuera consciente de que él era la razón.
—Koo... —murmuró sobre mis labios—. Mi hermoso Koo.
Sonreí al escucharlo y él besó mi sonrisa repetidamente. Besos cortos y rápidos que despertaron en mí la necesidad de que no se detuviera. Dejaría que me besara hasta que mis labios estuvieran gastados, hasta que no hubiera distinción entre su boca y la mía.
Volví a atrapar sus labios y lo besé lentamente. Sin prisas. Nadie nos apresuraba. Nadie estaba allí para ver ni oir. Solo estábamos nosotros dos; podíamos tocarnos, besarnos y sentirnos como se nos diera la gana.
Era así como soñaba tenerlo, solo para mí.
Suspiré, no pude evitarlo. Jimin provocaba tantas emociones en mí que ya no podía contener ni siquiera un suspiro. Quería que oyera cada sonido que me hacía soltar. Deseé que tuviera la posibilidad de meterse en mí y saber. Cada sentimiento. Cada sensación. Cada pequeña cosa. Todo. Deseé que lo supiera todo.
Dejó un último beso y bajó las manos a mis caderas. Aún tenía sus ojos cerrados y una pequeña sonrisa dibujada en sus labios hinchados. Después de unos segundos, levantó sus párpados lentamente, como si no quisiera despertar de un buen sueño, y sonrió como nunca cuando se encontró con mi mirada.
—¿Entonces esto quiere decir que también te gusto? —preguntó.
Fruncí el ceño con incredulidad y luego solté una risa.
—Ah, Jimin... Vuelve a preguntarme quién es el chico de mis sueños, por favor.
—Mmm... ¿Quién es el chico de tus sueños?
Besé la comisura de su boca.
—Pregunta otra vez.
Inclinó su cabeza con curiosidad, pero acató mi pedido.
—¿Quién es el chico de tus sueños?
Besé su labio superior.
—Otra vez.
—Koo, ¿quién es...?
No lo dejé terminar la oración y se sorprendió cuando volví a besarlo con intensidad. Usé mi lengua para separar sus labios y él me recibió con gusto. Acaricié sus brazos y tomé sus muñecas para que abrazara mi cintura. Jimin siguió mi guía y envolvió sus brazos en mí, acortando incluso más el poco espacio que separaba nuestros cuerpos.
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Virtus 🛼 | Kookmin
FanfictionLas promesas de amor no sirven de nada si de por medio solo hay mentiras. Jungkook no puede volver a confiar, se ha aferrado a la traición y a la creencia de que es alguien que no puede amar ni ser amado. Sin embargo, en un día como cualquier otro...