Virtus 🛼 | Kookmin

25. Felicidad y tristeza

—Este lugar se ve demasiado extraño así de vacío.

—Así es mejor. —Hoseok me sirvió una taza de té y se sentó frente a nosotros—. Taehyung parecía un obsesionado. Este lugar era más una florería que la propia florería.

—¿Saben la razón por la que se deshizo de las plantas?

Jimin soltó un suspiro y estiró la mano para alcanzar una galleta del plato que Hoseok había puesto segundos atrás sobre la mesa.

—No estamos seguros —respondió—. No quiso contarnos y eso es un poco preocupante teniendo en cuenta que no suele guardarnos secretos, mucho menos si estos se tratan de Yoongi. —Partió la galleta y la miró con una mueca—. Ha estado enamorado de él desde hace un par de años, es imposible que todos sus sentimientos se hayan desvanecido de un día para el otro.

—Quizá haya encontrado a alguien más —sugerí.

Hoseok chasqueó la lengua repetidas veces para negarlo.

—Eso es imposible, Taehyung no es el tipo de chico que vive el amor de una forma tranquila. Es blanco o negro. Te ama o te odia. Por eso, cuando pone sus ojos en alguien, parece un obsesionado. Él es así, intenso. Si hubiera encontrado a alguien más, créeme, lo sabríamos.

—Me preocupa —murmuró Jimin—. No me imagino lo que pudo haber sucedido para que se haya deshecho de todo sin remordimientos. Si Yoongi lo lastimó de alguna manera, juro que...

—Nada —lo interrumpió—. No harás nada. No te corresponde. Si Taehyung no te ha contado, es porque no quiere que te involucres y debes respetar eso.

Jimin lo miró con el ceño fruncido.

—¿Cómo esperas que no haga nada?

—Ni siquiera sabes qué sucedió.

—Estoy hablando de un caso hipotético.

—Aun así. —Le dio un sorbo a su té—. Mira, Jimin, hay cosas en las que puedes meterte y cosas en las que no. Si no sirve para beneficiar, entonces es mejor que te quedes sentado y callado.

Una exhalación indignada salió de los labios de Jimin y yo contuve la respiración.

—¿Acaso no te importa proteger los sentimientos de tu mejor amigo? —le preguntó.

—Eso es algo muy distinto.

—No lo es.

Hoseok puso los ojos en blanco y se encogió de hombros.

—Si tú lo dices...

—Sí, yo lo digo. ¿Tú qué opinas?

Me sobresalté cuando caí en la cuenta de que la pregunta iba dirigida hacia mí.

«Mierda. ¿La razón o el corazón? ¡Decide rápido, Jeon!».

Sonreí con incomodidad y solté una risita nerviosa.

—Uhm... Yo creo que... —La mirada de Jimin me intimidaba, pero la de Hoseok me calaba hasta los huesos—. Que... es todo un tema, sí.

—Pues no lo es —rebatió Hoseok, aunque hubiera tratado de generar una respuesta que no pudiera replicar—. No hacer nada contra Yoongi no significa desamparar a Taehyung. No vamos a elegir un bando porque ni siquiera sabemos si hay alguien malo en esta historia. Incluso si Yoongi ha herido sus sentimientos, lo que debemos hacer es escuchar lo que nuestro amigo tiene para decir en el momento que se sienta cómodo. Si quiere contar por qué se deshizo de las flores, lo hará eventualmente. ¿Has entendido?

Jimin apretó los labios formando una línea. Estaba enfadado, era obvio. No hacía falta ser un genio para saber que eran sobreprotectores los unos con los otros, aunque Jimin y Taehyung fueran más impulsivos que racionales. Hoseok, por el otro lado, parecía preferir actuar de otras maneras. A veces era tosco, otras veces era sincero, e incluso pasivo-agresivo; nunca sabías cuál aspecto podía adoptar y eso chocaba con la personalidad de sus mejores amigos.