28. A ti, para toda la vida

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Entramos al apartamento y lo primero que escuchamos fueron las risas que parecían venir desde la cocina.

Durante todo el camino, Jimin había estado preocupado porque no sabía cómo decirle a su mejor amigo lo que se había enterado. Estaba inquieto y sus manos sudaban. Traté de distraerlo, pero fue en vano. No había manera de que dejara de lado esa actitud distante.

Sin embargo, ahora que escuchaba la felicidad de su familia en los rincones de la casa, sus ojos se iluminaron y se apresuró en ir a averiguar qué sucedía.

—¿Qué está pasando? —preguntó, apenas cruzó el marco de la puerta.

Taehyung justo llenaba dos copas de champaña, pero se detuvo al vernos allí. Su sonrisa se ensanchó e hizo un movimiento para que nos acercáramos.

—¡Volvieron! —exclamó, emocionado—. ¡Hoseokie, trae dos copas más!

—Ugh, ¿por qué gritas? —masculló él, mientras se levantaba de su silla—. Estoy literalmente junto a ti.

Taehyung lo ignoró y nos dio las copas que había llenado.

—No saben lo oportuno que es que estén ambos aquí. Hay buenas noticias y tenemos que celebrar todos juntos. —Miró hacia el reloj de la pared y sonrió—. Un minuto para las doce. Eso significa que empezaremos muy bien el domingo familiar.

Hoseok regresó rápidamente con lo pedido y volvió a tomar asiento. Nosotros imitamos su acción y nos ubicamos frente a ellos, expectantes por saber qué era lo que los mantenía tan felices y con este ambiente festivo flotando en la superficie. Taehyung llenó las copas y se alzó para hacer un brindis.

—Es mi placer anunciar que, después de semanas de discusiones y reuniones tediosas, finalmente mi padre ha decidido escuchar a la única voz razonable de la empresa, es decir, a mí —dijo—. Por esto mismo, me gustaría brindar por las personas que serán indemnizadas y reconocidas por su arduo trabajo, además del pronto despido y denuncias por plagio a esta mujer de la que no diremos su nombre para que no decaiga el ambiente. ¡Salud!

Me quedé completamente helado. ¿Acaso había oído mal? ¿Taehyung lo había logrado? Las sonrisas en sus rostros y su afán por chocar las copas repetidas veces me dejó saber que era cierto.

Sentí como si una pesada carga sobre mi espalda desapareciera. No era mi logro, estaba bastante lejos de ser algo personal, pero aún así se sentía como si lo fuera.

Era llenarme de alivio. Era una forma diferente de respirar. Era sentir la mente vacía y el cuerpo liviano. Era dejar de sentir tirones en el corazón. Era justicia.

—¿Cómo hiciste para convencerlo? —le pregunté.

—Simplemente tuve que aceptar lo que siempre quiso y esperó de mí, es decir, tomar el puesto que me corresponde en la empresa. —Frunció los labios y agitó el líquido—. No es lo que quiero, pero lo acepto. Prefiero ver el lado positivo, que es que ahora puedo tener mayor control sobre lo que sucede internamente. Además, me sirve para mantener la cabeza ocupada y no pensar en cosas sin importancia, ¿no?

—Brindemos por eso también —habló Hoseok, y chocó su copa nuevamente con la de su amigo—. Las cosas cambian, las personas cambian, todo cambia. Esperemos que siempre sea para bien. ¡Salud!

Taehyung sonrió.

—Ojalá así sea. —Apoyó la mano sobre el brazo de Hoseok y apretó su piel con cariño—. Ya lo decidí. El año que viene voy a concentrarme en mí mismo y en las cosas que me hacen feliz. Basta de perseguir imposibles, todo lo que necesito está aquí conmigo.

—Lo mismo digo —dijo Jimin, sonriendo como nunca.

Su mano buscó la mía por debajo de la mesa y entrelazó nuestros dedos. Sus ojos estaban nublados de orgullo al ver a su mejor amigo, tanto así que casi podía sentir esa emoción a través de su piel. Había estado preocupado por días y, si bien aún no tenía en claro las razones de su silencio, verlo con una perspectiva nueva y prometedora le hizo aliviar esa angustia que llevaba consigo.

Virtus 🛼 | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora