Nos despertamos con el sonido de la alarma. A pesar de que no queríamos levantarnos, teníamos que hacerlo porque había asuntos importantes que resolver y que probablemente me habrían quitado el sueño de no haber estado Jimin conmigo.
Nos dimos una ducha que pretendía ser rápida, pero que terminó por tomar más tiempo de lo planeado. Cuando menos nos dimos cuenta, los azulejos se empañaron y el agua corrió hasta enfriarse. Se sentía especial e íntimo poder tocarlo todo sabiendo que era solo para mí, y que yo era todo para él.
Después de ducharnos, nos sentamos frente al espejo para que pudiera secar el cabello de Jimin con una toalla. Él tenía sus ojos cerrados y tarareaba una canción que desconocía acerca de amar bien todos los días de la semana. Me pareció tierno y, por eso, aunque no pudiera verme, le sonreí y me incliné para dejar un beso en su oreja.
Gotas de mi cabello húmedo cayeron en su piel desnuda y lo hicieron reír, así que sacudí mi cabeza para seguir escuchando esa risa tan bonita.
—¡Jungkook! —me reprendió—. Dame eso.
Me quitó la toalla de las manos y se movió para quedar detrás de mí e intercambiar los roles. Peinó mi cabello hacia atrás con sus dedos y me miró a través del espejo.
—Mira qué precioso eres —murmuró.
Mis mejillas tomaron color de inmediato y bajé la mirada con vergüenza. Él sonrió y dejó momentáneamente su tarea para apoyar su barbilla en mi hombro y envolver sus brazos en mi pecho. Coloqué mis manos sobre las suyas para quedarnos así por un instante.
—¿Estás bien con todo esto? —me preguntó.
—Sí, aunque un poco enojado conmigo mismo.
—Lo comprendo. —Me abrazó con más fuerza—. No te mortifiques, amor.
Fruncí los labios. Podía intentarlo, pero no me haría sentir mucho mejor. Pensaba en lo ingenuo que fui al creer que esto me pasaría a mí nada más. Era obvio que siendo una de las empresas más grandes de la última década, Sarah no hubiera podido quedarse por mucho tiempo gracias a su trabajo mediocre. Iba a tener que seguir robando para mantenerse en su puesto y las personas a su alrededor, millonarios sin remedio, iban a respaldar sus actitudes.
Me sentía culpable porque había sido el primer eslabón de su juego sucio. Por mi culpa, muchos otros estaban transitando por la misma indignación que tuve años atrás. ¿Quién sabe cuántos otros habían decidido quedarse callados por miedo? Admiraba a los valientes que habían podido pararse de frente estos últimos meses y defender la autonomía de su trabajo.
Jimin agarró mi mentón y me hizo girar la cabeza hacia el costado para besarme. Su lengua rozó mi labio inferior, así que abrí mi boca para profundizar el beso. Sin embargo, se alejó en ese instante y me dejó a la espera.
—Tenemos que irnos, ¿recuerdas? —dijo, al notar la mirada que le daba a través del espejo.
—No es justo.
—Pero sirve para que despejes la cabeza, al menos por un segundo. —Dejó otro beso, esta vez en mi mejilla, y agarró la toalla para seguir secando mi cabello.
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Virtus 🛼 | Kookmin
FanfictionLas promesas de amor no sirven de nada si de por medio solo hay mentiras. Jungkook no puede volver a confiar, se ha aferrado a la traición y a la creencia de que es alguien que no puede amar ni ser amado. Sin embargo, en un día como cualquier otro...