No volví a casa después de dejar a Jimin en su apartamento. En cambio, me dirigí al único lugar que me daba paz dentro de tanto caos.
El clima nublado confería a todo un aspecto gris que ni siquiera las hojas anaranjadas y amarillas podían recomponer. Todo lucía... apagado.
Pensé en ir por Jin en busca de un consejo, pero no quería parecer un imbécil frente a él. Me había dicho miles de veces las mismas palabras y, sin embargo, aquí estaba, tropezando con la misma piedra otra vez.
No sabía qué me pasaba. Hasta hace unas horas había estado seguro de querer todo esto, pero ahora parecía no ser así en lo absoluto.
No dudaba de mis sentimientos por Jimin, no era eso. Estaba seguro de que ese calor en mi pecho cada vez que estaba cerca de mí no podía ser otra cosa que amor, pero ese era justamente el problema.
El amor.
Me sofocaba de tan solo pensar en eso.
Apoyé mis manos sobre un árbol y traté de recuperar la respiración de a poco. Deseaba que alguien me dijera que todo iba a estar bien; que los amores fallidos se superan y que se puede seguir adelante.
Las grietas en mi corazón sangraron al pensar que Jimin pudiera descubrir el lío de incertidumbre y miedo que habitaba en mi cabeza después de lo que habíamos hecho; después de decirle que me quedaría con él y que yo no sería como los demás.
—Mierda.
Mis ojos se nublaron en lágrimas. Deseé desaparecer por un instante y cambiar el rumbo de mi vida por uno donde no me preocuparan cosas como estas. Con el amor en segundo plano, ya nada me haría daño, ¿no? Pero así no era mi vida y las cosas que sucedieron ya no podían cambiarse.
Maldije el nombre de Sarah mil veces por quitarme la seguridad de amar sin sentir que moriría. ¿Por qué debía ser yo el que cargara con el dolor y la culpa?
Sabía que las cosas habrían sido muy distintas si hubiera hecho lo que debía hacer en aquel momento... Si mi corazón no se hubiera sentido así de sensible y necesitado.
Era su culpa, todo esto era su culpa. Ella, que me hizo creer que lo nuestro era amor, cuando en realidad era necesidad y maltrato. Ella, que llegaba a casa ebria y rompía mis cosas frente a mis ojos. Ella, que se acostaba con otros hombres y me hacía creer que yo no era suficiente. Ella, que me decía palabras horribles camufladas de sinceridad. Ella, que me hizo creer que no era digno de ser amado y que sin ella moriría.
Por su culpa, ya no podía encontrar el camino de regreso a lo que solía ser y odiaba que hasta el presente siguiera repercutiendo en mis decisiones.
¿En qué había pensado cuando creí que podría darle a Jimin todo lo que se merecía?
Era demasiado egoísta querer estar a su lado, pero es que de verdad lo anhelaba con todas mis fuerzas. Su alma pura y su forma de ver las cosas como una lección en lugar de un error me hacían creer que había sido hecho para mí. Era mi complemento. Mi otra mitad. Esa parte perdida.
Jimin era mío. Mi amor. Pero no quería ilusionarlo con falsas promesas. No me veía en una relación seria, no cuando el compromiso requiere entregarse por completo y yo estaba roto en partes esparcidas por todo Manhattan.
Busqué el asiento más cercano y me quedé allí por lo que sentí fueron horas. Abracé mis piernas contra mi pecho y quise olvidarme durante un momento de mí mismo. Pensé en mí como alguien que amaba con libertad y sin miedos. Alguien que no sentía una presión en el pecho cada vez que veía los carteles con su logo robado. Alguien que había tomado buenas decisiones y que ahora vivía una vida sin remordimientos.
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Virtus 🛼 | Kookmin
FanfictionLas promesas de amor no sirven de nada si de por medio solo hay mentiras. Jungkook no puede volver a confiar, se ha aferrado a la traición y a la creencia de que es alguien que no puede amar ni ser amado. Sin embargo, en un día como cualquier otro...