Capítulo 32

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Renée

Mis ojos arden como si tuvieran alguno de los ácidos que fábrica Jhon, ¿o es que él es el ácido que quema mi piel en estos momentos?

A duras penas logro ducharme, no dormí nada anoche y siento que arruiné la navidad de todos en esta casa, los Magramy se han ido a la casa de Mateo y Benjamin sabe Dios dónde anda. Me duelen las piernas y la quemadura por fricción del accidente, no se cómo mi cuerpo resiste a tantos golpes. Este no es el plan que tenía para terminar el año.
Me coloco un pijama de pantalón, unas pantuflas y me hago un moño semi recogido. Los pies me pesan y bajo las escaleras sin muchas ganas, cuando el timbre suena.

—¿Para Renée?—diviso a mi mamá en la puerta— ¿Oh muchas gracias?

A medida que bajo escucho la voz entrecortada de ella quien atiende a no se quién en la puerta.

—¿Son para mí?

Hace un mes me hubiera dado escalofríos pero ahora me acostumbré a su oscuridad.  Mamá me mira atónita como si hubiera visto un fantasma y papá simplemente no prestó atención.

No sé si fingir que no son para mí o fingir demencia. Si mis padres se enteran de mi aventura con Jhon (un criminal)  me quemarían viva.

Negras como el ataúd dónde van a enterrarnos juntos— decía la nota que sostenía el ramo

Si tan solo pudiera entenderlo, un día me folla y al otro quiere matarme. Este tipo si que tiene problemas mentales.

—Muchas gracias, las pondré en agua—finjo que no es importante

Theodor me dedicó una última mirada antes de cerrar la puerta.

—¿Quien te mandó esas rosas?

—Hace seis años que soy mayor de edad— dije antes de comenzar a preparar el cereal.

Me mira como si no me conociera, abre la boca para decir algo pero el ruido del celular de Hugo la hace detenerse.

—¿Hugo, a quien le mandas tantos mensajes?—lo mira juzgona—Últimamente estás muy pegado a ese teléfono.

Mi hermano le dedica una mirada un tanto, odiosa, para luego decir:

—Dios señora Madel, deje de ser tan posesiva con sus hijos

Hugo es otro que tiene problemas. No son malos padres pero viven pensando en el que dirán, en proteger el apellido Sthibensson, en qué seamos perfectos.

Recuerdo que casi matan a Shaira por hacerse un tatuaje en la espalda, según ellos la verían como delincuente. Hugo está en constante presión, mamá espera que el sea policía o médico forense como ella, cuando el solo quiere ser creador de videojuegos o programador de informática, y papá quiere que el juegue fútbol y que se consiga una novia cuánto antes.
No sé cómo se tomarán la noticia de que le gusta Mateo, o más bien, que está con Mateo.
Es de esos tipos de desastres en los que no quiero ni pensar. Los Sthibensson son fuertes, preparados para cualquier ataque y los Carter son inteligentes, idealizan el ataque y luego lo realizan.

He llorado, y siento que no tengo motivos. Engañé a Benjamin, quien ama no hace daño, pero es que no sé si lo amo.
Estoy enojada pero en el fondo me está doliendo, saber que una persona que quieres o pensabas querer te ha destruido, es una de las noticias más fuertes que he recibido. No tengo moral ni prestigio para reclamar, soy una ramera cómo mismo lo dice la palabra.

Mi habitación está fría y siento mis pies congelarse. ¿Porque en la historia tiene que sufrir la chica? No siempre será así pero en esta sociedad es muy difícil nacer con ovarios. Giro y doy vueltas para volver al inicio, ¿Que nos pasó? ¿Se acabó el amor? ¿De un día para otro? ¿O es que ya estábamos rompiendonos poquito a poquito.?

¿Cuando dejamos de amarnos? Será que sentí que no tenía el cariño que necesitaba, o tal vez porque dejó de tener deseo en mi. ¿En qué momento me dormí y mis ojos ya no brillaron por el?

Las sábanas blancas cubren mi existencia. El lado derecho de la cama está vacío y me siento, en el vacío.
Abren la puerta y pum, el desastre llegó. Es el. Y no es Jhon Cooper.

—Yo vine a buscar las cosas que me quedan aquí

—Adelante

No muestro mi rostro, tampoco lo miro. No siento ganas de nada. Y es una situación en la que nunca he estado, no entiendo que pasa y no se que haré para resolverlo. Pasa varios minutos desalojando ropa de nuestro closet.

—Renée. Esto es lo último que voy a decirte y será lo último que escuches de mi

—Dime— es cuando muestro un poco de interés y logró salir de la cama

—Yo seguiré mi camino, pero no te olvidaré. Espero que cumplas tus metas , yo desde lejos me alegraré, nunca voy a dejar de quererte. Cuídate, come bien y sobre todo, no olvides, ser feliz. Adiós

Cada palabra me derrumbó, cada sonido y cada articulación se llevó pedazos de mi. Fuimos todo y a la vez nos volvimos nada. Duele saber que debes dejar ir, porque es lo correcto es para el bien.
Mantendré mi lugar, y no te buscaré, pero si voy a admitir que me dolió escucharte decir ese último adiós. Me dolió ver cómo no le importaba, me dolió ver cómo me había estado destruyendo poco a poco.
No soy perfecta, y también lo engañé, me arrepiento, y lo sé. Pero son dos putos meses, en dos meses nos reemplazó.

Sin nada más que decir y con la mirada decepcionada, observa las flores negras que descansan en la mesita de noche, antes de salir.

Volví al suelo, ¿voy a salir? Si, no hoy, no mañana, o tal vez no pasado, tal vez me cueste un mes o dos. Pero se que estaré bien. Todo pasa por algo y todo se supera, solo que nadie habla de lo mucho que duele el proceso.
Nadie habla de los días y noches en una habitación, nadie habla del dolor que te tragas cuando ya no respiras más. Nadie cuenta el lado oscuro de querer.
Ninguna chica de portada aparece llorando, porque nos maquillan como Barbies de plástico y para la sociedad, estamos siendo dramáticas, para una sociedad de hombres.

Holi hermos@s, ya se que dije que no iba a publicar capítulos nuevos pero aquí estamos.
No voy a decepcionarlos por nada del mundo. Si tienen alguna duda saben que pueden tener cualquier contacto conmigo, no me molesta dar pequeños spoiler. Y también me gusta interactuar con mis lectores.
Besitos
A.H

Abraza mi Oscuridad - Tomo 1 ©[Matices Tóxicos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora