Entregando el alma a Lucifer

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Narrador: tercera persona

El día menos esperado de la vida de Renée estaba sucediendo. La boda de último minuto es algo que anhela Jhon más aterrroriza a Renée, sabe que perdió todo y que ya su carrera está en el lodo por completo, pero tiene una pequeña esperanza de recuperar su vida antigua.

Matt intenta hacer recapacitar a su hijo de no cometer está locura, y ¡Qué gran locura casar a un criminal con una policía!, pero como la persona la cual tiene el seudónimo de "escritora" ama los desastres amorosos, esos que no son perfectos y abrazan la oscuridad del otro ha decidido poner esta tragedia.

Todo el personal en la boda cuchichea, pues es bastante raro ya que el primogénito de los Cooper estuvo a punto de casarse días antes, todos quizá esperen que sea la misma Charlotte pero no, está vez no será un vestido blanco el que adorne el pasillo directo al altar.
El día de hoy, 6 de enero, la señorita Renée Sthibensson Carter entregará su alma a Lucifer, no será la primera vez, pero si la más infinita, pues el sentimiento más conocido entre todos como "amor" está naciendo en ella desde hace varios momentos, solo que cuando ignoramos al corazón, nada pasa.
Le iluciona su boda, y aunque no es muy común un vestido negro, debe admitir que se ve hermosa, su piel blanca hace resaltar más los diamantes de las mangas y una capa negra la acompaña, como símbolo de que se convertirá en la futura reina de la mafia.
El color rojo la hace ver vas interesante, con un aire de mandato y lujuria.

—Muchas gracias, está perfecto así— agradece a la maquilladora

—¡Largo!

Todas salen ante la orden de la señora Cooper y esta mira de forma recelosa a nuestra protagonista.

—¿Que crees que haces?

La han dejado sin comentarios, mira sus ojos grises y el vestido amarillo que convinan a la perfección. A pesar de tener las manos manchadas de sangre y el alma negra no deja de portar elegancia y soberbia sobre todos.

—Disculpe ¿A qué se refiere?

—Eres muy inteligente, te casas con mi hijo, obtienes el control y te conviertes en la reina.

—Debo recordarle que yo no fui quien me obligó a estar aquí.

—No te creas que el te ama— sujeta los hombros de la chica y continúa hablando en su oído—si supieras todas las veces que él se ha revolcado con la sirvientas, ayer mismo, si quieres te cuento cómo fue todo, como Charlotte fue a buscarlo y ya sabes que pasó.

Suelta una risa hilarante y Renée mira vacío. La maldad de esta señora es infinita, y el odio por Renée también.

—¿Y entonces porque me pidió matrimonio?

—Porque eres una más del montón. El solo va a casarse contigo porque quiere obtener el trono, ¿pero sabes que va a pasar contigo?

Se aleja y sujeta una de las rosas del florero que reposa en la mesita.

—Esto—estruja la pequeña planta y esta se vuelve trizas para luego darle una mirada con odio y salir dando un portazo.

«Que no te amargue el día»

Se repite Renée a si misma en su cabeza. Cree que puede mantener este día con la misma chispa que carga dentro. Pero está en un nido de avispas.

Suenan las campanas y eso significa que ya debe salir, debe dar cada paso con firmeza y confianza.

El altar está decorado con enredaderas de margaritas en forma de arco y globos grises por todo el lugar.
Las olas cristalizadas del mar, lugar curioso para una boda, pero lo cierto es que Jhon ha escogido todo y lo ha diseñado a su manera e incluyendo algunos pequeños detalles que por suerte Renée pudo escoger.
Los asientos estaban decorados con unos grandes lazos negros de satín y perlas blancas al alrededor.

Abraza mi Oscuridad - Tomo 1 ©[Matices Tóxicos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora