Capítulo 12

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Renée S.

Despierto aturdida, con una lona negra de cuero sobre la cabeza, manos atadas a una silla, siento una leve luz sobre mi cabeza. Me repito a mi misma que todo va a estar bien, pero ¿Cómo estarlo cuando sientes la muerte respirándote en la nuca?

-Bela- acaricia cada palabra con sutileza-, ¿quien tiene a quien ahora?- quita la lona de mi cabeza

-Hijo de puta- digo sin muchas fuerzas

Tiene un yeso, y vendas en la cabeza. Pese a estar golpeado no deja la elegancia de lado, este hombre debe tener aproximadamente 365 trajes negros.
No son hechos por un novato ni comprados en tiendas de segunda mano, son de satín a la medida.
Después de todo tiene buenos gustos.

Trato de mover las manos pero las siento tan débiles. Me mira, quizá con lástima para luego decir:

-¿Que harás ahora?¿Dónde está tu auto para atropellarme?

Quedo en silencio, soy ágil, pero logró ganar un punto esta vez.

-Déjame salir, por favor.

No se inmuta por hablar. Sale de la habitación y me deja con un signo de interrogación entre las cejas.

-Srta- la voz del chico del interrogatorio sumba en mis oídos

¿Tengo demencia ahora?

-Tranquila, voy a sacarla de aquí. Si no huye pronto ellos van a matarla.

No sé porque pero confío en el.

Me guía a través de los pasillos de la inmensa casa. Al parecer esta familia tiene un millón de propiedades, el edificio es blanco, con pisos de mármol pulido, nada comparado con el castillo de época medieval de la isla.
El escape es un asco ya que termino
chocando con la mujer que me durmió.

Mira atónita y con odio al chico, y luego a mi con asco.

-¡¿Jasper que mierda estás haciendo!?- reclama

-Tía, esto no es correcto...

Lo calla con una sonora bofetada y se dirige hacia mi.

-¿Tu eres Renée Sthibensson Carter cierto?

-Si, y ¿usted es?

-Margoth Cooper Par- responde con orgullo- madre de Jhon Cooper.

-Diría que es un gusto pero no soy hipócrita y se que la pondré junto a toda su familia tras las rejas.

Escupió en mi cara y el lugar se impregnó de su sonora carcajada

-Tu no harás eso porque tus días están contados maldita perra.

-Y tu no la matarás a ella porque ese placer es mío- interrumpió el hombre de ojos negros

No sé que mierda pasa, pero discuten sobre quien me matará como si fuera un trofeo y no estuviera presente.

Hay que admitirlo, la mujer de ojos grises porta elegancia, a pesar de tener ese asqueroso apellido se jacta de demostrar que el glamour en una dama es escencial.

-No todos los días se puede matar a un Sthibensson- habla la mujer

¿Que mierda acaba de decir?¿Conoce a mi familia o qué para hablar así?

-¿Que ha dicho?

-Llevénla a donde acordamos- ignora mi pregunta

Me llevan a rastras a una habitación de castigo. Látigos, esposas, una silla de electroshock, guillotinas...

Abraza mi Oscuridad - Tomo 1 ©[Matices Tóxicos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora