Rumores

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   El océano..., un lugar pacífico que solo podía ser perturbado por sus habitantes. Sus muy extraños habitantes. Entre esos yacen los perseguidores de sueños. Los malditos piratas. Hace varios años, los piratas vieron morir a su rey.

-¿Quereis mi tesoro? ¡Tenedlo! Dejé todo lo que reuní en un mismo lugar. Ahora solo tienen que encontrarlo.-

Aquellas fueron las últimas palabras del rey. Palabras que dieron paso a la nueva generación, a la Era Pirata.

Entre aquella generación estaba Buggy. Un pirata despiadado quizás, temido y admirado a la misma vez. De nariz roja y cabellos celestes. Siempre maquillado y extrañamente vestido. Hoy, estaba aburrido, harto, quizás perdido.

-¿Han escuchado sobre aquella pirata?- Desde su trono en aquel barco nuevo pudo escuchar a sus subordinados hablar.

-Recién encontré su cartel. Diez millones para una novata es demasiado...-

-¿Novata? Supuestamente lleva años en esas, es a la que le dicen Hari.-

Ese nombre le llamó la atención. "Aguja" en japonés, según los rumores, una mujer que solo peleaba con agujas. Supuestamente, era imposible vencerla, pero muy fácil de tener en la tripulación. Una mujer que iba con el viento, probablemente, lo que necesitaba para anirmarse ahora mismo.

Después de aquella humillación en la isla donde había nacido Golden D. Roger apenas había encontrado una aventura. Los tesoros parecían escasear o imposibles de conseguir en el Grand Line. Conseguir a alguien tan legendario sería en definitiva, una aventura.

-Ustedes- Llamó la atención de aquellos inútiles chismosos.
-¿De qué tanto hablan?- Bajó la pierna de aquella aburrida silla. Su adorada pero aburrida silla.

-Capitán, ¿no ha escuchado los rumores?- Los tres voltearon hacia él.

-Aumentaron la recompensa por Hari. Supuestamente, doscientos marinos de alto rango fueron por ella y llegaron sin la habilidad de ver o hablar. Muchos mal heridos en el interior más sin ningún rasguño. Todos tenían agujas por el cuerpo. Apenas uno la llegó a ver.-

-Mhm...Dime más-

-Lograron solamente tomar una foto de su silueta. ¡Definitivamente es una mujer! Y eso que la última vez dijeron que era hombre.- Habló otro mientras sacaba un papel con "Buscada" escrito en negrillas.

-¿Qué querían los marinos con ella?-

-Hay varias teorías...-

-Mh...Entiendo. ¿Dónde es que supuestamente la vieron?-

-Una isla ahí...¿Cómo se llama?-

-Uni, Uni Island- Responde otro.

-Bien...Fijen el curso a Uni- Ordena el capitán sonriendo al fin después de tanto tiempo sin siquiera dar una mueca. Verlo tan aburrido era preocupante, pues esto le ponía de mal humor.

.

.

.

Los días pasaron, quizás un mes, y en medio de aquel océano se escuchaban los gritos del capitán.

-¡¿Por qué carajos todavía no estamos en Uni?!- Gritaba a los cuatro vientos y siete mares. Su navegador parecía ser un imbécil en este momento.

-Señor...Le dije que tardaríamos varios días en llegar... apenas encontramos un mapa y un Long Pose.- Se quejaba con timidez el navegador.

-Ojalá y poder hecharte por la puta borda ahora mismo.- Farfulla el capitán.
-¡Alguien deme algo de cristal!- Exijió. El deseo del capitán fué concedido por una mano temblorosa. Un vaso de cristal fué lo que se estrelló contra la pared. El rostro del capitán estaba rojo de enojo. Pronto quizás sería del tono de su nariz.
-¡Si no llegamos en tres días te mato!- Le grita en el oído al navegador y se retira dando pisotones furiosos mientras seguía peleando solo.

El pobre navegador se tuvo que comer las lágrimas.

-¿No que íbamos por Luffy?- Alvida estaba sentada en una mesa del colorido barco.

-Cuando tenga a esa Hari en mi tripulación, ni Luffy me podrá tocar- Murmuró Buggy pasando de largo a la mujer. Alvida no se iba a poner en contra, era muy estúpida para ello. O eso él creía.

Se sentó en su trono.

Solo debía esperar...

.

.

.

-¡¡Te voy a matar!!- Lo intentó. Intentó esperar lo suficiente, pero ya habían pasado tres días y no llegaban a Uni. Cuatro tripulantes lo tenían agarrado para que no continuara asfixiando al pobre navegador de aspecto flamélico por tantos días sin comer bien. Buggy lo tenía "a dieta".

-Pronto...- El hombre seguía manejando el motín con mirada perdida.

-¡Hay una isla a las 12 en punto!- Grita Cabaji desde la cofa del barco, también conocido como el carajo. Pues Buggy lo había mandado allí después de uno de sus arranques de ira de la semana.

Buggy dejó de pelear por un instante.

-¡Es Uni!- Sus ojos azules se iluminaron de ambición.

-Señor, nada nos garantiza que ella esté allí- Uno de los chismosos le habló.

-¡Cállate o también te tiro por la borda!-

-¿Por qué?-

-¡Por arruinarme el día!- .

.

.

.

-¡Por fin!- El capitán finalmente se veía emocionado por algo. Fué el primero en bajarse del barco.
-¡Todos menos Cabaji bajen! ¡Los cocineros! Alimenten al pobre navegador- Ordenó.

Todos los subordinados mencionados bajaron del barco para empezar la búsqueda tan anhelada del capitán. Muchos emocionados, otros nerviosos y asustados.

-Al que me la traiga festejaré en su honor y le pagaré un bien par de senos. ¡Ahora váyanse y no regresen sin ella! ¡Viva! ¡Y no le toquen ni un pelo! Saben muy bien a qué me refiero- Bufó.

Ahora pasaban las horas. El payaso se tuvo que quitar el sombrero, ni siquiera él encontraba algo. Nada. Ni un indicio de que ella estuviera allí.

Hasta que...

-...¿Esos son?...- Olfatea profundamente volteando el rostro a ambos lados.
-¿Guiozas?- Aquel delicioso olor le llamó la atención y le devolvió las energías. Estaba solo, había mandado a todos a la mierda en el camino.

Se adentró aún más al bosque. La noche empezaba a tocar la tierra y sobre la copa de los árboles se pudo presenciar un esplendor. Ahora sí, corrió. Corrió como nunca. ¡Quería esa pasión de vuelta! ¡Quería sentir que todo valía la pena! ¡Que los sueños eran reales! ¡Que los mitos eran verdad!

Que todo era mucho más que rumores...

Y allí la vió, en la tenue oscuridad. La silueta sensual de una mujer. Parecía hippie, tenía unos pantalones suaves y holgados compuestos de diferentes telas marrones y muy decoradas, casi ostentosas. Su pecho era cubierto por una camisa de tirillas corta y ajustada que dejaba los senos donde insinuaban y en el cabello llevaba un turbante. ¡Una mujer inusual!

-¿Hari?-

Al escuchar aquel nombre la mujer quedó en silencio. Tal y como cuando un venado analizaba de dónde saltaría el depredador. Buggy se acercó, realmente no planeaba pelear... Pero sería interesante...

-¡Tú! ¡¿Eres Hari no?! ¡He estado buscándote!- Se acercó sin pensarlo, la tomó de una muñeca con fuerza y la hizo voltear. ¡Quería ver ese rostro!

Pero todo quedó en negro en ese mismo instante.

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Holaaaaaa... Sí, lo sé, Jordana haciendo otra historia en base a su impulsividad. Pero bueno, es que Buggy es mi esposo. ¿Qué más podía hacer?

Espero lo disfruten y se queden a leerlo conmigo.

Recuerden que las amo sin importar quienes sean.

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¡Las amo!

La más buscada [Buggy X T/N Femenina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora