Cuestionarse

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Las fiestas, las benditamente malditas fiestas. Buggy las amaba, claro que sí, ella también las amaba. Y quizás ese era el problema. Eras muy pirata para Buggy, muy pirata para lo que él experimentaba. Muy pirata para como te tenía pintada. Hoy la fiesta se había mudado a otra isla, una isla en la que las mujeres y los hombres eran muy atractivos (además de festivos). Habían conseguido mucho oro en la anterior isla por lo que decidieron volver a bajar el ancla en esta.

Con una mano en el rostro te miraba, no quería estar indignado, ¡realmente no quería! Quería disfrutar de las preciosas damas que habían por doquier, lo intentó. De verdad lo intentó.

-¿Nos vas a ignorar?- Una de las muchachas que rodeaban su trono le hizo un puchero, decidiendo que sentarse sobre él era el lugar más cómodo. Buggy regresa la vista a la chica y ella le acuna el rostro entre manos. El no evita sonreír, por un momento su enojo había sido reemplazado por lujuria. Una de sus manos acaricia la espalda y cintura de la mujer. La hace dar un brinco juguetón en su pierna y acerca aún más. 

-Nunca ignoraría a una hermosura como tú, nena- Ríe fuerte y la chica se acerca al cuello de Buggy empezando a dejar besos allí. Por un momento, por tan solo un momento; Buggy se pierde en la lujuria de los besos.Aquellos besos que erizaban antes su nuca, y ke hacían reir por lo anticipado. Llegando incluso a sentir que la sangre comenzaba a recorrer las venas.

Por un segundo.

Solo un maldito segundo.

-Y entonces bonita, ¿tú...?- En un inicio le hablaba muy de cerca a la muchacha. Pero su vista encontró a dónde más ir. A aquel Niqab que conocía, a aquellos ojos, hoy coquetos, que tanto conocía. Ya habían pasado varios meses, quizás cuatro o seis meses, desde que te reclutó.

Y aún le encabronaba.

Le encabronaba verte coquetear con los bailarines. Aquellos malditos de pelo lindo y nariz normal. Usualmente más altos que tú y de sonrisas cálidas. Además de cuerpos grandes, no tan flacos o ejercitados. Las manos de uno que bailaba tras tuyo recorrían sus muslos y debajo de aquella falda corta. El rostro se le puso rojo a Buggy.

A ese idiota que se rozaba contigo se le suma otro, cuyas manos recorren tu cintura en aquel baile erótico y divertido, subiendo luego a tus pechos cubiertos por uno de esos tops de biquini.

-Cariño- La mujer que estaba sentada sobre él intentó llamarle la atención repetidas veces. Pero no logró quitarle aquel rostro que expresaba su malgusto y sus celos. Inclusó intentó volver a besarle el cuello, volver a erizar sus vellos, volver a hacer la sangre correr.

Se quería engañar, diciéndose que todos esos celos eran a causa de esas faldas. Que esas las había comprado él y no con el motivo con el que ella las estaba usando últimamente. Obviamente era una mentira, sí tenían ese propósito, pero lo tenían con él.

Sin embargo no había logrado nada, absolutamente nada. Sabía que no debía sentirse así, que ni siquiera debería tratar de llegar a "algo" contigo. Tu eras solamente su negocio; pero quizás te le estabas saliendo de las manos.

No, eso no podía ser.

Aquella desconocida que lo seducía fué apartada. La empujó abajo de su pierna, estaba molesto, muy molesto.

-Vete-

-Pero...-

-¡Que te vayas!- Le gritó, obviamente asustándola y haciendo que corriera fuera del barco. Cerró los puños con fuerza y bajó la pierna que siempre colgaba de su posabrazos. Te miró, no se molestó en disimularlo, te escudriñó. Se levantó y le quitó la cerveza al primero que le pasó por al lado, la bebió en apenas uno o dos tragos.
-Largo- Le toca el hombro al muchacho que bailaba detrás tuyo. Él chico suelta un siseo y lo mira con molestia, le había hundido el dedo con fuerza, incluso le había marcado.
-Largo- Insiste tomándose su tiempo.

-Vale, vale- Se expresa el muchacho a borbotones alejándose de la situación. Volteaste a buscar al guapo joven que antes bailaba contigo, pegado, muy pegado. Hiciste un puchero al verlo alejarse, pero no te dabas cuenta de quién era el causante de ello. Estabas ligeramente pasada de tragos.

El muchacho que bailaba con su divino rostro pegado al tuyo miró a otra dirección por unos segundos. Detrás tuyo, como si algo te acechara.

Una mano rodea tu cintura, acercándote a pelvis ajena. Ríes, quizás otro bailarín se había unido a la fiesta. Un bailarín muy atrevido, pues su mano sostuvo tu cuello con suavidad y otra agarró con fuerza la cadera que movías suavemente dentro ese aquella música vívida y activa.

Al ver que tu atención había sido robada por el extraño bailarín, aquel que bailaba enfrente de tí se marchó. Vaya que estos habitantes eran malcriados, les gustaba la atención y cuando no la tenían formaban un berrinche.

Pero no estabas pendiente a eso ahora. Estabas con la atención en aquel ser masculino de energía poderosa que bailaba contigo. Sostuvo una de tus manos, haciéndote dar una vuelta y luego acercándote a él; cerca, muy cerca. Tan cerca que aquellos ojos azules te quitaron hasta la borrachera.

-¿Buggy?-

-Que bien bailas preciosa- Ríe juguetón continuando por hacerte dar vueltas a su alrededor, sin detener la danza. Ni siquiera tenías tiempo para pensar en separarte, bailaba muy bien, demasiado bien. Te guiaba alrededor de su cuerpo al ritmo de tan caribeña música.

-¿Me acabas...?- No terminó la frase, Buggy la vuelve a halar hacia él dejando ambos cuerpos bien pegados, al igual que sus narices a pesar de que ella tenía el niqab.
-¿Me acabas de espantar a los bailarines?- Aquella mirada seria lo hizo reir, pasó tus brazos por su cuello y la música se hizo lenta. De aquellas canciones que hacían de dos cuerpos uno. De esa música en que que las piernas estaban entrelazadas en perfecta sincronía. Seguía siendo movida, pero suave.

-Ellos no bailan tan bien como yo-

-Pero puede que si cojan mejor- Decidiste no molestarte, pero sí molestarlo a él.

-Ni siquiera me has probado, preciosa-

-Y no lo haré.-

-Sé que te mueres por probarme- Sus rostros estaban tan cerca; tan cerca que podía sentir tu respiración a pesar de aquella capa de tela que te cubría. Tan cerca que el mundo ya no se sentía. Tan cerca, que un poco más y lograría el choque deseado.

-Tú...- Recalca.
-Eres el que parece loquito de amor por mí- Le restrega en la cara, el ceño de Buggy se frunce. ¿Qué quería decir?

-¿Qué insinúas?-

-Insinúo que te gusto, tarado.-

Las mejillas de Buggy arden, la sangre parecía gasolina para su pequeña mecha.

-Y...Yo no...-

-Yo no voy a bregar con tus celos Buggy. No soy nada tuyo, no tienes derecho a hacer lo que hiciste-

-Preciosa...-

-De preciosa nada; ya me he aguantado mucho tus idioteces, Buggy.- Ella se aparta de él suavemente, no se quería enojar con él.

Él se quedó ahí. Solo. Parado en medio de cubierta mirando como la mujer se iba.

Y empezaba a cuestionarse.

_________

Voy a actualizar esta historia hasta q me salga de los huevos.

BUGGY TE AMOOOOO

En fin, ¿qué creen que pasará después?

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Las amo!!!! <3

La más buscada [Buggy X T/N Femenina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora