La más buscada [Buggy X T/N Femenina]

La paga

Quién la hace la paga. Una frase que él bien había aprendido más, no era como que la hubiera puesto en práctica siempre. Era un extremista, pero sus acciones solían tener resultados positivos para la tripulación. Más, aún así, no podías dejar que pisoteara tu dignidad. Estabas molesta con él, aunque en parte entendías su punto. Habían pasado cinco días. Cinco días en los que no saliste de tu camarote para no tener que verle la cara. Aunque solía tocar la puerta en la noche o mandarte cosas por la ventana. Tu cuarto estaba lleno de flores de disculpa y notas de amor. Sonríes mirando la nueva nota y flores que te llegan esta mañana, hundiendo la nariz en los pétalos antes de leer la nota.

Te extraño preciosa. Tómate tu tiempo.

Almenos estaba siendo comprensivo. Habías pensado en dejarlo por unos instantes, pero realmente no querías dejarlo por eso. Admitías para tí misma que te había gustado, a pesar de que parecieras un tomate a punto de estallar de vergüenza.

Acaricias tus piernas, poniendo algo de crema en ellas. Tenías que entrenar para volver a hacerlas fuertes, pues tu única defensa corporal contra los hombres estaba debilitada. Tenías que cuidarte, ya no eras solo tú, ahora era tu...¿novio? Sonaba muy infantil decirlo incluso en voz alta. Pero bueno, siguiéndole a la lista estaba tu tripulación. Aunque eran unos sánganos, sentías que debías hacer que la tripulación se haga a respetar y eso incluye no dejar que nadie más te falte el respeto.

Abres la puerta de tu habitación, finalmente decidida a salir. Llevas un mahón hasta las rodillas y un top biquini con flecos de color magenta. Obviamente lo había comprado Buggy. Quién al verte en cubierta casi de le cae la boca en saliva. ¡Que linda!

-Cierre la boca, capitán-. Sonríes ligeramente, agarrando su barbilla para ponerla en su lugar.
-Más le vale sacarme a varias citas muy costosas, ¿eh?-

-¿Qué tan costosas?- Cambió el rostro a uno ligeramente fastidiado.

-Muy costosas-

-Tsk... Al momento al que vine a cagarla...- Se cruza de brazos, mirando por un momento a otro lado. Bajó la mirada a tí, que todavía no te le salías de enfrente y debilitó su mirar.
-Perdóname...-

-No te arrepientes de tus acciones-.

-No, pero me arrepiento de haberte lastimado-.

-Sabías lo que ibas a hacer-.

-¿Por qué crees que te pedí que no me dejaras?- Puso una sonrisa sarcástica, y pasó su mano por el niqab, adentrándose en él para acariciar tu cuello con dulzura.
-Te pagaré lo que hice con creces-.

-Más te vale-.

-¿Puedo tener un beso?-

-Un abrazo...-

-Mucho mejor-. Susurró, permitiendo que rodees su torso con tus brazos y te ocultes bajo su pecho y la chaqueta.
-Te amo, muñeca- Pasó las caricias a tu cabeza y espalda, recostando la barbilla de tu coronilla.

-Sángano- Ríes bajo. Levantando la mirada hacia él, quién te cubre con su abrigo antes de destapar tu rostro y besarte. Admites haber extrañado el cómo masticaba tus labios, imponiendo sus dientes de por medio de vez en cuando. Te mordisqueaba toda, era adorable.

-¡Capi!- Se acerca Mohji con rapidez, jadeando.
-Tenemos un Seaking encima. Ya se tragó a par de hombres-.

-Hmm- Saca la cabeza del espacio abierto del que es su abrigo, mirando con mala cara a Mohji.
-Estoy ocupado-. Se le había despintado (y regado) un poco el labial.

-Hola Hari- Te saluda, cambiando todo su tono a uno más suave.

-¡Hola Mohji!- Asomas la cabeza por el abrigo, riendo bajo la máscara.