Loongbook

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Te gustaba ver a Buggy escribir. Su intelecto lo hacía muy atractivo a tus ojos. Desde tu posición privilegiada en su cama le observas, pendiente al detalle de su cuerpo inclinado a sus libros y mapas. Suspiras, acomodandote para mirarlo un rato más. Era muy temprano, demasiado como para siquiera salir del camarote.

-Seiscientos latitud derecha..., y..., quinientos..., sur...-

Dios, amabas cuando empezaba a hablar sobre latitudes y longitudes o el meridiano-que-se-yo-qué-carajos. Te encantaba.

-¿No vienes a la cama, Buggy?-

-Shh...-

Das un grito sin ruido, abrazando una almohada y pataleando al aire. ¡Amabas eso! Que te ignorara para estar pendiente a algo. ¿Es que estabas loca? ¿O quizás era verdaderamente guapo cuando se ponía sus lentes de medialuna y se transformaba en nerd? No sabías, pero le echarías la culpa a Dios por volverlo tan hermoso a la hora de hacer su trabajo. Eso sí te ponía caliente.

Te levantaste, y te metiste a su ducha sin permiso. No lo necesitabas, eras su muñeca después de todo. Ahora entrabas y salías donde querías, tus privilegios se habían triplicado. Pero eso sí, no interfieras en la escritura de Buggy, nunca.

Y es que Buggy guardaba un secreto. Incluso de tí.

En una cajita con seguirito guardaba una libretita. Una libretilla decorada por un suave cuero negro. Dentro, habían poemas y versos que escribía en privado. Era un cursi, y aunque lo estabas notando, no quería avergonzarse a sí mismo delante tuyo. Escribía cada frase linda que le decías, y hacía poemas y versos referentes a tí. No podía resistirlo, era parte de su ser, tenía un corazón dulce y suave como el algodón; un corazón que solo te pertenece a tí, pero tampoco lo expondría demasiado.

-Bobito-.

Dió un brinco del susto al escuchar tu llamado, cerrando la libretilla y guardándola de regreso en su caja.

-¿Qué?- Intentó preguntar con normalidad, pero conocías perfectamente su tono de voz.

-¿Estás bien? Ven y acompáñame-. Murmuras, apenas audible en su distancia.

-¿Qué dijiste de un jarabe?-

Ríes en la lejanía, haciéndole entender que no te había escuchado bien.

-Estoy trabajando, preciosa-.

-Okayyyyy...- Sueltas en rendición infantil.

.

.

.

-¡Tierra a la vista!- Gritas, parada sobre el mástil, agarrándote con fuerza de el palo central. Ríes, mirando como todos empezaban a trabajar de verdad, acelerando el paso para llegar a la próxima isla.

-¡Preciosa!- Te llaman desde abajo, a lo que te dejas caer para ser sostenida por las fuertes y flotantes manos de Buggy.
-Ven con papi- Sonríe juguetón, mirando tus ojitos coquetos entre la tela mientras sus brazos y tú van a su lugar.

-Ningún papi, ni que nada- Le empujas el pecho, bajándote de sus brazos.

-¡Alvida! ¿Vienes?-

-Hoy es día de spa- Responde desde la cocina.

-Siempre es día de spa- Se queja Buggy, sonriendo en tu dirección.
-Tú vas conmigo-.

-Meh- Te cruzas de brazos, intentando hacerte la dura.

Se adentraron en los bosques espesos de la isla que parece estar vacía. Buggy caminaba enfrente tuyo, pero volteó cuando toda su tripulación fué mandada a dispersarse. Agarró tu mano con delicadeza, una poco común de él; te dió una vuelta sobre tu eje mientras ambos caminaban. Ríes, mirando como Buggy se partía en pedazos para hacerte muecas y seguir caminando.

La más buscada [Buggy X T/N Femenina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora