Gusto Adquirido

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El sol ya tocaba con suave susurro de calor el cuerpo de la mujer. Cuerpo que estaba cubierto por una sábana pesada de pies a cabeza. Las voces fueron quienes le levantaron la conciencia. Suspiró, se levantó y se miró al espejo, reflexionando. No tenía nada raro en el rostro, quizás algunas cicatrices, pero realmente solo no quería que le reconocieran. Amaba estar en el anonimato y ser una hija de puta que nadie conoce.

-Buenos días- Sale de la habitación saludando a tripulantes de por ahí. Algunos le devolvían los buenos días, otros seguían enojados por aquel dinero y objetos que habías ganado el día anterior. Tenías un Niqab puesto, no era musulmana, para nada, y no pretendía ofender, pero era una de las maneras más fáciles de cubrirse el rostro. Hoy la tela era blanca, los pantalones cortos y un top biquini bandeau. Y ella no estaba contenta con los pantalones.

-¡Buggy!- Sus buenos días cambian a enojo. Se acercó al hombre que daba instrucciones a su navegador, al pobre navegador.

-¿Qué?- No te miró, siguió mirando mapas y preguntando cosas al navegador.

-¡Me cortaste los pantalones!- Se quejó entre dientes bajándose los pantalones pues, estos apenas le cubrían el trasero.

-¿Qué? Yo no hice tal cosa, preciosa.- Te daba la espalda con una sonrisa maliciosa. ¡Claro que había sido él!

-¿¡Dónde están mis faldas!?-

-¿Acaso me vez cara de maricón?- Ahora sí volteó hacia tí.

-Pues tienes cara de payaso, payaso- Dijo con enojo, mirándolo directo a sus ojos.

-Me encanta que me mires así preciosa, me recuerda lo hijo de perra que puedo llegar a ser- Dá una sonrisa de Chaplin, una sonrisa que se alegraba de sonreír y de sus acciones.

-¡Eres un pervertido!- Le pega.
-¡Debería paralizarte!¡Dejarte vegetal!- Le pegaba con las manos cerradas en el pecho y hombros. Golpes débiles que lo hicieron reír.

-No me puedes culpar, esas piernas bonitas las deberías mostrar- Pudo notar el sonrojo ir por sobre la piel del rostro que lograba ver. Y eso le enorgullecía.

-¡Idiota!- La mujer le pegó una cachetada.

-¡Carajo!- Se pone la mano izquierda en la mejilla del mismo lado. La mujer si que pegaba unas buenas cachetadas, unas muy picosas.
-Me la merecía- Susurra para sí mismo y te mira darte la vuelta para marcharte. Pero aquello solo fué su cielo, pudo ver lo que quería, las nalgas de la enojada mujer. ¡Culazo! ¡Vaya mujer!

Y vaya que estaba metido en problemas.

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-¡¡Buggy!!- A lo lejos se escuchó el grito de la mujer. Buggy se hechó a reír, estaba amando hacerla enojar.
-¿Cómo así que me acosté contigo jodio pendejo?- Ella se puso delante de él, quien estaba sentado en su trono. Buggy la miró con una sonrisa desdeñosa, triunfante.

-¿Y quién dijo eso preciosa? Porque yo no fuí- Tenía el rostro sobre el puño, apoyándose en los nudillos enfundados en el guante blanco.

-¡Todos dicen que fuiste tú! Ten un poco de respeto por tí mismo, y acepta que no me voy a acostar con un tipo tan sucio y deplorable como tú.-

-Seh, eso dices ahora preciosa-

-Y a la puta de tu amiguita Alvida, dile que deje de ofrecerme a los tripulantes como si fuera la prostituta del lugar-

-Wow, wow, wow. Que Alvida hizo, ¿qué?-

-Ya como catorce tipos me han agarrado del culo por culpa de la vieja esa.- El payaso pirata guardó silencio unos segundos.

La más buscada [Buggy X T/N Femenina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora