Teníamos que ir a casa de Cole, estaba a las afueras en aquellas grandes mansiones (que yo podría tener y no quiero). Llegábamos antes para preparar el sonido y todo el panorama, también porque según Sarah la única persona que no sabía que venía era la cumpleañera y así, si querían que firmara cosas o algo estaría antes de hora.
Aparcamos donde nos dejó Ted, el cual le dije que se quedara en la fiesta, dijo que no era molestia quedarse dentro del coche, pero insistí en que esas no eran condiciones. Que viniera conmigo era lo mínimo que podía hacer por él. Entramos los cuatro en aquella mansión, guiada por un hombre de traje y corbata similar a Ted, pero más joven.
―Hey tío ―le saludaba Cole con un apretón de manos bien fuerte a Chad.
La diferencia era notoria, uno con unos tejanos desgastados grises, Jordan y camisa blanca por los codos. Chad, en traje gris oscuro y sin corbata, decía que era más informal.
―¿Cómo estás? ―Preguntó mi novio.
―Ando de locos organizando esto, pero bueno, por mi hermana lo que sea ―se encogía de hombros―. ¿Quién es él?
Se refería a Ted, no lo mencioné porque no entraba en el plan, pero espero Cole lo entendiera. Me sabría mal dejarlo en el coche.
―Es mi chófer desde hace... muchos años ―concluí―. No quería que se quedara solo en el coche esperando a que esto termine, así que he pensado que... ―Me interrumpió Chad.
―Si es molestia se vuelve al coche, Holleer de verdad, tiene una manía por hacerse amiga de todos los empleados ―decía Chad, con toda la parsimonia del mundo. Negando con la cabeza.
Me giré a mirarlo, alarmada y lo escudriñé con la mirada. Sarah y Ted estaban acostumbrados a estos comentarios, pero, no era necesario lo dijera delante de gente a la que acabo de conocer.
―Quería decir, que no quiero que Ted esté ahí solo en el coche. Será mi empleado, pero es persona, trato de maravilla a la gente que trabaja conmigo... ―Dije desviando la mirada, avergonzada por las palabras de Chad, pero Cole me interrumpió.
―No es un problema para nada, donde caben veinte caben veintiuno. Bienvenido Ted, espero disfrute de esta velada ―decía Cole estrechándole la mano.
Se le veía sorprendido, Ted, Chad y Sarah que tenían los ojos abiertos de par en par. No dudó en sonreírle y estrecharle la mano mientras Sarah, me miraba de reojo con media sonrisa.
―Holleer, ¿en serio? ―Inquirió Chad.
―Tío, es el trabajador de confianza de tu novia, ¿qué más te da que esté aquí? ―Decía Cole alzando una ceja, de brazos cruzados y mirando fijamente a Chad.
―No separa sentimientos de trabajo ―bufó Chad―. Me voy a por una copa, suerte Add.
―¡Sí mejor piérdete un rato! ―exclamaba Sarah―. ¡No fuera a ser que te pasara algo!
Le di un codazo que distaba de ser disimulado, quería que la tierra me tragara mientras Cole se echaba a reír a carcajadas.
―¿Por qué te ríes? ―Inquirió Sarah.
―Preveo una noche entretenida, ¿no crees Addison? ―Decía Cole, mirándome a mí.
―No lo sabes tú bien... ―Dije abriéndome paso.
Entramos dentro y nos condujo el chico hasta el amplio jardín, habían montado un pequeño escenario para mí y todo aquel estaba en blanco y negro. Le dejé el bolso a Sarah para que lo sostuviera y me fui directamente al escenario a probar todo. Di toquecitos y hablé por el micrófono comprobando que realmente iba como debía.
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TOUCHDOWN AL CORAZÓN
Teen FictionAddison, el corazón de Nueva York. Una joven promesa del cine y de la música que se ve en la tesitura de las "sonrisas falsas". ¿Merece la pena todo lo que ha sacrificado? Una serie de preguntas que rondan su cabeza sin cesar. Siempre dicen que la v...