Chad se defendía a hostias, pero no daba ni una, claramente Cole tenía el doble de fuerza y estaba dejándolo hecho un cuadro. No podía reaccionar, era como si estuviera entumecida por la situación y no lloraba en público, nunca hubo una publicación circulando en internet donde saliera llorando (a menos fuera en series o películas) y ahora, el gran riachuelo ennegrecido caía por las mejillas.
―Cole, para ―demandé.
―¿Defiendes a este sinvergüenza? ―Bramaba Cole, lo tenía sujeto del cuello de la camisa que ya estaba arrugada.
―No claro que no ―negué con la cabeza.
―¿Me vas a decir quien coño es este puto anormal? ―Decía Chad que tenía sus manos puestas en las de Cole, que aún lo sujetaba.
―Chad... Es que...
―Soy el amante ―dijo Cole con media sonrisa―. Si, la persona con la que ha bailado de fiesta, se ha besado... ¿Te parece mejor?
―¿Me has engañado?, ¿tan bajo has caído, Add? ―Decía Chad bastante sorprendido.
―No es lo que parece y tampoco tengo excusa, hice mal y soy consecuente de mis actos ―me pronuncié.
―¿Y he de enterarme por un neandertal? ¡Suéltame ya! ―Decía Chad iracundo.
Cole lo soltó a medias, no le agarraba del cuello, pero por su mirada penetrante me daba a entender que no se fiaba nada de Chad, creo que lo entendía.
―¿Haces llorar a una mujer y encima tienes el descaro de sorprenderte porque ha buscado algo mejor que tú? ―Gruñía Cole.
―¿Mejor que yo? No va a encontrar nada más estable que yo en su puta vida ―escupía.
―No estoy defendiéndome Chad, ponerte los cuernos no ha estado bien ―intenté explicarme―. Sé que no debí hacerlo y lo siento ¿vale? Por eso mismo iba a dejarte, bueno y por todos los motivos que te he dicho. Chad, por favor. Vete y olvídate de mí.
Rompí a llorar y me sentí mal por ello, por sentir mucho, por llorar a mares, por destruir el maquillaje que ocultaba mi careta. Chad dijo muchas barbaridades, pero tuvo razón en una cosa, vivía como si fuera mi propia película puesto que, la realidad me dolía en las entrañas. No solo escribía sobre desamor, ocultaba alguna canción más personal y otras, en el fondo del cajón. Ocultas. Ocultando mi esencia. Mi pobre alma.
―Hoy me voy a ir Add, pero no creas que he olvidado esto. Ni los cuernos, ni a ti y créeme que no vas a olvidarme ―gruñía Chad.
―¡Addison! ―Decía Sarah corriendo, me puso la chaqueta como pudo a toda prisa. Lo cierto es que, estaba tiritando.
―Estate atenta al teléfono Sarah, esto no va a quedar como si nada ―amenazó Chad.
―Aquí en la zona de fumadores no hay cámaras Chad ―suspiraba Sarah―. Estaré atenta, pero tú deberías estar preparado, a la hora de joder no tengo escrúpulos con gente como tú.
Chad salió de ahí dando un portazo, y yo, me quedé con la cara destrozada pero el alma también. Archie miraba a Cole con el ceño fruncido y yo me abracé a mí misma.
―No necesito un gracias ―soltó Cole de golpe―. No lo he hecho por ti, no aguanto semejantes esperpentos.
―No iba a darte las gracias por pegar a una persona ―murmuré.
―Perfecto, mi trabajo aquí cesa ―murmuró Cole.
―Cole, yo sí te doy las gracias ―lo frenó Sarah, agarrándolo del brazo―. No estoy convencida de que alguien hubiera actuado.
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TOUCHDOWN AL CORAZÓN
Teen FictionAddison, el corazón de Nueva York. Una joven promesa del cine y de la música que se ve en la tesitura de las "sonrisas falsas". ¿Merece la pena todo lo que ha sacrificado? Una serie de preguntas que rondan su cabeza sin cesar. Siempre dicen que la v...