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¿Cómo se declara una persona? Siempre he tenido rollos de una noche, echábamos un polvo y cada uno a lo suyo. Nunca he tenido intención de mantener una relación seria con nadie, no desde Milly. Estoy intentando que eso forme parte del pasado y recordarla como lo que fue, una chica que marcó mi vida y que por desgracia ya no está.

Archie solo hacía que repetirme que desde que conocí a Addison en aquella discoteca, cambié. Una parte de mí intentó odiarla, seguir creyendo a la prensa y a lo que decían en redes sociales, sin embargo, la otra parte me decía que saltara al vacío y que gente como ella quedaba poca. No quise creerlo, pero, conforme más facetas conocía de Addison, más me acercaba a ella como un imán.

Ella merecía mucho y nadie le había dado lo que realmente merece. Ha dado todo de sí, pero nadie se lo ha devuelto.

Aquel Halloween lo pasé de puta madre, bebí sin cesar con Addison y no puedo olvidar algún que otro beso tonto que surgió a lo largo de la noche. Se le da demasiado bien el beer pong, por cierto.

Todos se dejaron llevar al límite, acabamos durmiendo en algún lugar de la gran casa de Trent. Mi hermana Hope, bueno, digamos que me presentó a una chica y me quedé estático. No por el hecho de que sea una chica, es que nunca me había presentado a nadie. Amigas. Sí, yo también era amigo de Addison.

Teníamos partido antes de los días previos a Acción de Gracias, no le había comentado nada a Addison. Sí, todos sabían de mis intenciones menos ella. No sabía cómo sacar a relucir el tema.

Marqué el contacto de Addison y esperé que lo cogiera, quedaban tres horas para el partido, pero yo debía irme en nada. Esperé un tono, dos, tres...

―Cole ―fue lo que dijo, la notaba lejos―. ¿Ha pasado algo?

―Sí. No ―gilipollas.

―¿Sí o no? ―Reía.

―¿Vas a venir al partido? ―Inquirí.

―Me pillas acabando de vestirme Cole, sabes que Sarah va a ir, ¿no? ―Preguntaba dudosa.

―Sí, claro por Archie.

―Entonces sí, estaré ahí. Me han reservado el palco ese VIP o como se llame, de poco me entero de estas cosas.

―Nos vemos luego, Addison.

―Hasta luego ―reía y colgó.

Seré un pedazo de subnormal. Archie pasó a buscarme y metí la bolsa de deporte en la parte trasera del coche. Estaríamos un par de meses sin hacer ningún partido, por lo cual este era de los importantes contra Chicago.

―Va a ser un puto partidazo, Cole ―decía Archie subiendo el volumen de la música

―Sin duda alguna ―canté con él el estribillo.

Llegamos al campo, dentro de los vestuarios sonaba música a todo volumen mientras el resto saltaban emocionados. Era el último partido hasta retomarlo, de hecho, íbamos a estar en la Superbowl, algo que a muchos de nosotros nos parecía surrealista porque era nuestro sueño. Teníamos que entrenar muy duro para ese momento, de mientras, debíamos centrarnos en ganar este partido.

La melodía de la canción la conocía, tuvimos que participar en el videoclip de dicha cantante que estaba sonando en el vestuario de los Giants y lo gracioso era que todos se la han acabado aprendiendo como para estar coreándola. Una sonrisa se dibujaba en mi rostro con disimulo, aunque ni si quiera sé por qué me escondía. Las noticias de la fiesta de Trent de Halloween son como la pólvora, expandiéndose con ganas. Muchos nos vieron bailar y besarnos, las fotografías estaban por todo internet. Nadie confirmó ni desmintió nada y no fue por falta de paparazis ni preguntas por las redes sociales.

TOUCHDOWN AL CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora