COLE/ADDISON
COLE
Una parte de mí tenía miedo de cómo reaccionarían mis padres ante el hecho de conocer a Addison, no eran personas que tenían prejuicios, sin embargo, no les había hablado muy bien cuando surgía el tema de ella. Antes de conocerla. De saber quién era.
Sé que Hope quería traer a su nueva novia, o algo así, aun no tenía muy claro qué eran. Era la chica que conoció en la fiesta de Halloween y sinceramente, no recuerdo el nombre de la pobre muchacha. Optó por esperarse a que fuera algo serio, o a que tuviera un rumbo definido tal y como ella decía.
Abrí la puerta con el juego de llaves, siempre las tenía por si acaso tuviera que venir por una emergencia. Cuando cerré la puerta tras de mí, noté que mi otra mano estaba sujeta a la de Addison, la cual apretaba con ímpetu y le sudaba un poco. No le ponía nerviosa actuar en un estadio con miles de personas, pero sí conocer a mis padres, la verdadera humildad personificada.
―¡Addison! ―Exclamaba Hope, con efusividad.
―¿Cómo estás? ―Decía Addison, devolviéndole el abrazo.
―Emocionada de tenerte con nosotros en Acción de Gracias, estaba convencida de que vendrías. No soy tan pesimista como mi hermano, tengo un buen punto de vista. Positivismo, ante todo ―sonreía mi hermana.
Pasamos del recibidor al salón, donde mi madre estaba colocando la mesa y di a entender que mi hermana venía de ayudarla. Íbamos a ser nosotros cinco ya que había familia que no vivía en Nueva York y les era complicado el hecho de venir.
―Debes de ser la famosa Addison ―sonreía mi madre, limpiándose las manos en el delantal navideño.
Mi madre fue a dar un abrazo, se le notaba nerviosa, a Addison porque mi madre no conocía la palabra "vergüenza".
―Soy Claire, un placer y este es mi marido, Rupert ―señaló con la cabeza a mi padre.
Mi padre se puso a nuestra altura para darle el respectivo abrazo e insistirle a Addison que fueran a llevar nuestros abrigos al perchero de la entrada mientras yo ayudaba a mi madre. Los miré de reojo y me dispuse a acabar de decorar la larga mesa.
―Parece tan simpática como la pintaba Hope, vaya melón eres hijo. En esta casa no se te ha enseñado a tener prejuicios ―soltó mi madre, que de pelos en la lengua no tenía.
―Ya hablamos de esto por llamada, mamá ―bufé colocando la vajilla en la mesa.
―Sí, lo que tú digas hijo, pero vaya mujer has encontrado ―negaba con la cabeza―. Espero os cuidéis como os merecéis.
―¿Puedo ayudar en algo? ―Inquirió Addison, haciendo acto de presencia.
Se me hacía extraño verla así, el pelo semirrecogido, maquillaje sencillo y un look que dejaba ver cómo era ella sin necesidad de extra pasarse. Mi madre me hizo subir arriba a cambiarme la sudadera, decía que debía tener un mínimo de respeto y ponerme la camisa que sabía que había traído. Sí. Lo mismo de cada año.
Cuando bajé, me encontré con Addison cocinando con mi padre. A él le encantaba la cocina y a mi madre la repostería, estaba contándole acerca de que estaba muy emocionada por la serie que iba a rodar y de cómo le estaba yendo en la vida. Se le notaba a gusto y se notaba que adoraba Acción de Gracias.
Me apoyé en el marco de la puerta de la cocina, de brazos cruzados y callado. Tan solo observé como se movía por la cocina, no se le perdía detalle y se reía tan alegremente que mi corazón iba a estallar en cualquier milisegundo.
No traía nunca nadie a casa, porque nadie merecía conocer a la mejor familia que pudo tocarme. Para mí era muy importante presentarles a alguien y para Addison ir a Acción de Gracias.
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TOUCHDOWN AL CORAZÓN
Teen FictionAddison, el corazón de Nueva York. Una joven promesa del cine y de la música que se ve en la tesitura de las "sonrisas falsas". ¿Merece la pena todo lo que ha sacrificado? Una serie de preguntas que rondan su cabeza sin cesar. Siempre dicen que la v...