Esto podría apodarse como el día que Sarah murió estrangulada entre mis manitas, sí, puede ser. Iba a rodar un videoclip de una canción que, sí, me sabía, pero no tenía previsto sacar como un sencillo. Era personal, era doloroso, Cole tenía razón porque había expuesto mi puta alma ahí. ¿Escucharía Chad todo con detenimiento?, ¿se habrá dado cuenta por fin que lo que tuvimos fue algo efímero?
La gente charlaba animadamente, estaban emocionados con este proyecto, pero si me veías la cara... era una pasa, literalmente me faltaba el color de esta misma.
―He de admitir que me esperaba más jugadores ―decía Sarah anotando algo en su iPad.
―Sí y yo una sesión de fotos, no un videoclip, pero, la vida es así ¿no crees? ―Dije en un tono sarcástico.
―Ay hija, es que si te llego a decir la verdad no vienes. Se ha preparado todo en un santiamén, se previene lanzar esta canción dentro de poco. Hay que aprovechar que no estás con Chad, porque ahora, eres libre Addison ―explicaba Sarah―. Esta canción, ya lo has oído es puro arte.
Bufé negando con la cabeza, ya había grabado videoclips, pero este en concreto me daba vértigo. Por la letra. La melodía. La sorpresa. La reciente ruptura. Cole.
Todos estaban preparando las cámaras, el sonido (qué vergüenza que medio equipo me escuche cantar sin yo estar cantando), los focos... me coloqué donde me dijo el director, aquel que tenía en mente el concepto que le expliqué a mi productor cuando escuchó la canción, era algo difuso en aquel momento, pero lo captó al momento porque esto, estaba en mi cabeza. Dentro de mí.
―Eres dinamita, Addison ―comentaba Cole a mi lado.
―¿Qué haces aquí?
―Me han dicho que me coloque a tu lado ―se encogía de hombros, pelota en mano.
―No puede ser ―bufé―. ¿Te han elegido a ti?
―Exacto, se ve que seré el nuevo jugador de tu videoclip. ¿Sabes la de dinero que va a darme? ―Reía―. Dinamita, Addison.
―Bien, Addison recuerdas la canción espero ―reía nervioso el productor, ¿cómo iba a olvidarla?
―Extraño sería no recordar mi propia canción ―fruncí el ceño.
―Peores cosas he visto, querida ―negaba con la cabeza.
―¿Podemos empezar por el puente? ―Sugerí, ya que estoy aquí.
―Sí claro, ¿por algo en concreto? ―Inquirió el director, anotando algo en un papel tras la pantalla en la que vería el videoclip.
―Creo que ahora es el mejor momento para esa parte de la canción, luego estaré más cansada o me costará más. ¿No crees que es la mejor parte de este sencillo? ―Inquirí.
―Sin lugar a dudas tras esos segundos de música, cuando rompes con desgarro en el puente... ¡Preparad la escena! ―Chillaba el director, dando palmas.
―¿He de irme señora compositora? ―Inquirió Cole.
Negué con la cabeza.
―El chico sale poco, pero lo han puesto cuando más creen conveniente y, en el puente justamente, eres conveniente.
―Cada vez estoy más intrigado, el decorado es... interesante.
―¡Empezamos! ―Exclamaba el director―. Cole, ¿te han explicado? ―Este asintió con la cabeza―. ¿Y EL RESTO? ―También asintieron algo escandalizados.
La escena en sí era grotesca para algunas personas, de hecho, para mí era extraño porque actuar de esta manera con Cole no era como cuando rodaba una escena y me besaba con alguien. Aclaro: No había beso, pero si proximidad.
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TOUCHDOWN AL CORAZÓN
Teen FictionAddison, el corazón de Nueva York. Una joven promesa del cine y de la música que se ve en la tesitura de las "sonrisas falsas". ¿Merece la pena todo lo que ha sacrificado? Una serie de preguntas que rondan su cabeza sin cesar. Siempre dicen que la v...