Me vibró el móvil a las ocho de la mañana, lo hizo con ganas y cuando entreabrí los ojos era Sarah. Cogí la llamada y puse el altavoz.
―Son las ocho ―murmuré.
―Te he subido ya el comunicado.
Mis ojos de abrieron de golpe, reincorporándome entre las sábanas de color negras y bien pulcras. Abrí Instagram y efectivamente, Sarah había subido una historia que próximamente la gente haría captura y subiría. Se expandiría como la pólvora.
―Un post lo veía demasiado, tampoco teníais muchas fotos juntos así que te he ahorrado el tener que borrarlas y no creaste ninguna destaca con él, una faena menos.
¿Qué haría yo sin esta mujer? Debería aumentarle el sueldo, creo que las vacaciones las tenía más que merecidas, abrí mis propias historias (estaban las de ayer en la premier y debió subirlas Sarah) y ahí estaba: una foto negra con letras en blanco.
Quería comunicar esto sin que nadie más se me adelante, sí, Chad y yo lo hemos dejado y no, por mi parte no van a haber exclusivas ni responderé preguntas acerca de mi relación. Siempre fue algo privado, aunque fuera una relación pública y los motivos de la ruptura, por mi parte (hace falta recalcarlo...), no los hablaré. Hablo de mí, estoy bien si la gente se lo pregunta y fue una relación bonita y dura a la par. Es lo máximo que puedo decir y espero que se entienda. Gracias por todo el apoyo. Addison.
―Has aclaro mucho que hablo por mí ―dije frunciendo el ceño, aunque no me viera.
―No sé cómo va a actuar Chad, le mandé también un mensaje a su representante y me ha respondido que tomará las medidas pertinentes pero que ya tenía varios audios de Chad borracho insistiendo en que lo vuestro no puede acabar. La pobre mujer entiende que no quieras volver y lo tendrá en cuenta ―suspiraba Sarah, agotada. Normal, por las horas que son debía llevar ya dos despierta como un búho.
―Siempre confié en esa mujer, se le veía simpática y nada amargada para tener cincuenta años y refunfuñar todo el día que estaba cansada de Chad y sus finos gustos ―reí.
―La cuestión es que no respondas a nada, si quieres contar algo tienes un álbum que te espera para narrarlo de forma que no lo implique. He leído algunas letras, ya lo sabes ―mencionaba Sarah―. Es perfecto si quieres desahogarte.
―Algunas canciones no van a estar en el álbum, sigo escribiendo y tengo bastantes. Me sobran ―era totalmente verídico.
―Haz el álbum que te dé la gana, como si tiene treinta canciones que te aseguro que van a escucharlo ―decía Sarah.
―¿Le dijiste a Cole dónde vivía?
―¿Quién iba a ser? ―Pude imaginarme su sonrisa al otro lado de la línea―. Me la pidió, recuerda que tengo su número.
―¿Y por qué se la das? ―Bufé.
―Por cierto, tienes sesión de fotos a las... diez y media ―soltó Sarah a bote pronto.
―Tú quieres matarme, me traes a Cole a casa y ahora a las... ¿ocho y cuarto? Me dices que tengo una sesión de fotos, mira Sarah sé que no soy la persona más fácil del mundo, pero espero que valores nuestra amistad para no estar planeando mi muerte.
―No ibas a dormir si te lo decía de madrugada y no estabas muy estable mentalmente, de hecho, dudo que lo estés, pero es sobre el próximo álbum. La discográfica quiere que te hagas varias fotos promocionales.
―Pero si no sé nada, he ido una vez al estudio Sarah.
―Están tan impresionados por lo que estás creando que tienes todo un vestuario inspirado en todas las canciones que has escrito, luego harán descarte según lo que sea el álbum. Tienes un concepto muy claro y eso ha facilitado mucho. Cada cosa a su momento.
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TOUCHDOWN AL CORAZÓN
Teen FictionAddison, el corazón de Nueva York. Una joven promesa del cine y de la música que se ve en la tesitura de las "sonrisas falsas". ¿Merece la pena todo lo que ha sacrificado? Una serie de preguntas que rondan su cabeza sin cesar. Siempre dicen que la v...