—Alguien estaba muy impaciente—dice Adam cuando nota que se encuentra al frente de su mansión, gracias a la magia de Hayden.
—No me disculparé, me gusta andar en tu moto, pero la magia es más rápida.
Adam no está molesto, pero le hubiera gustado llevar a su amado, un gesto bastante romántico. Entran a la mansión, suben la escalera de caracol hacia el dormitorio del vampiro, quien abre la puerta para que Hayden entre primero.
—Eres todo un caballero—dice Hayden agradeciendo el gesto, echa un vistazo al cuarto, hay una cama lo bastante grande para dos personas, la ventana tiene vista hacia el jardín donde logra contemplar a dos hombres trabajar para mantenerlo en buen estado.
La cintura del hechicero es rodeada por las manos de Adam, los labios tocan el costado izquierdo de su cuello. Hayden cierra los ojos, disfrutando de aquel tacto. Adam cierra la cortina, para que no haya ningún espectador excepto las cuatro paredes.
Hayden es llevado hacia la cama de sábanas blancas, Adam se cierne sobre él con sus besos, las erecciones hacen bulto en los pantalones, rozándose deliciosamente. El hombre de la noche se despoja de la camisa negra, ayudando al otro a hacer lo mismo con la suya.
En poco tiempo quedaron expuestos, Adam acomodó las piernas de Hayden alrededor de su cintura, alineó su pene para después insertarlo con una fuerza gutural que hizo al chico brujo temblar, sorprendentemente el dolor era mínimo comparado con el placer, los gemidos de Hayden impulsaron al vampiro a seguir en su frenesí.
Fue entonces que Hayden se dio cuenta que Adam perdió el control de su naturaleza vampírica, no se atemorizó, gimió tan alto que sentía su garganta rasparse pero eso no lo detuvo, enredó los brazos en torno al cuello de Adam, el azul eléctrico y el carmesí enlazándose como el resto de sus cuerpos.
—Ace...
Dice Hayden entre jadeos mientras se besaba con el vampiro, la cama tiembla debido a la intensidad del acto sexual, pareciera que en cualquier momento podría romperse, lo cual no representaba ningún problema, Adam compraría otra o Hayden usaría magia para repararla, pero a ninguno le importaba, no sólo en cuanto a la cama.
—He estado esperando este momento—dice Adam con la voz ronca, dirigiéndose hacia el cuello de su amante—, no te dejaré ir nunca, ni aunque me claven una estaca en el pecho...
Entonces, lo mordió, la sangre no tardó en salir, derramándose sobre sus colmillos hasta entrar a su garganta, el semen manchando la entrada de Hayden que se estremeció contra Adam, el sudor cubriendo los cuerpos de ambos, sacó su miembro, dedicándose a lamer los restos de sangre.
—¿Te dolió?
—No—responde Hayden sonriendo como si estuviera drogado o borracho—, fue delicioso.
—¿Estás cansado?
—Quiero que se repita.
—Lo que mi chico mágico pida.
***
—Tengo una noticia que seguro te encantará, me mudo con Ryan.
Dylan esperó a que sus hermanos volvieran para avisarles sobre su mudanza con el joven licántropo. Theo quedó estupefacto con el anuncio, aleja la vista de su computadora, estaba preparando la clase de mañana.
—¿Ryan Henderson?
—No, Ryan Gosling—dice Dylan con sarcasmo para luego poner los ojos en blanco—, por supuesto que con Ryan Henderson, ¿quién más podría ser?
—Pero, ¿por qué? ¿Acaso ustedes están saliendo?
—No, es mi "guardián" por órdenes de Clarissa, se supone que debe ayudarme a portarme bien después de casi matar a Lance.
ESTÁS LEYENDO
Los MacNamara y La Cofradía Sacrilega
FantasyEn un mundo donde los humanos son plenamente conscientes de la existencia de licántropos, vampiros y hechiceros, la convivencia no es totalmente pacífica, pues predomina la desconfianza del primer grupo hacia el segundo, considerándolos un auténtico...