Theo y Xavier tuvieron sexo hasta el anochecer, terminando bastante agotados, los dos estaban completamente insaciables, perdieron la cuenta después de la ronda número cinco. Xavier fue el primero en despertar cuando la alarma sonó a las siete de la mañana, como director de Merrygrove se supone que debe llegar antes que el personal y los alumnos.
—Amor, tenemos que ir a la escuela—intentó despertarlo, moviéndolo suavemente del hombro, Theo sólo se acurrucó más en su pecho, acomodando la cabeza en el hueco de su cuello, podía sentir el aliento tocando su piel desnuda—, llegaremos tarde.
Theo levantó la cabeza, tenía los ojos medio abiertos debido a la somnolencia.
—¿Y si llegamos diez minutos tarde? Nunca me había sentido tan cómodo en tu cama—propone, acariciando la pierna de Xavier con su pie, estaba invitándolo a follar otra vez, como si el domingo entero no hubiera sido suficiente.
—Amor—la voz de Xavier salió temblorosa, el tacto de su amante era capaz de volverlo sensible, no quería caer en su truco—, vamos...
—Sólo esta vez—insiste Theo, susurrando con la voz un poco ronca—, podemos hacerlo en el baño, mientras nos duchamos...
Para convencerlo, deja un beso justo en el lugar donde había reposado su cabeza, eso fue suficiente. Xavier se levantó, cuando apartó las sábanas su erección quedó expuesta, agarró a Theo de las manos para luego besarlo con la misma intensidad que ayer.
Caminaron hacia el baño sin dejar de devorarse hasta que entraron a la ducha, mientras el agua caía Theo fue acorralado contra la pared, dándole la espalda a Xavier quien no dudó en separarle las nalgas y meter su pene por enésima vez, dirigió una mano hacia el miembro de Theo para masturbarlo, no se detuvo en ningún momento.
Se corrieron cuatro veces, fue un poco incómodo para Theo limpiarse ahí atrás pues estaba lleno de aquella sustancia pegajosa, recibió la ayuda de Xavier pero no dejó de ser un momento vergonzoso que hasta sus orejas se enrojecen, la versión atrevida que había surgido ahora se escondió, como si nunca hubiera aparecido, ese cambio resultó gracioso para Xavier.
Cuando se vistieron, salieron de la casa en su auto, hicieron una parada en una cafetería para comprar el desayuno ya que no tenían tiempo para cocinar. Al llegar a la academia se ganaron las miradas curiosas por parte de los estudiantes que entraban.
—Lamento la demora—dice Theo al bajar del vehículo, ahora no esá orgulloso de haber sido impuntuales sólo para tener sexo, eso no es nada su estilo—, no sé qué me pasó, yo...
—No te preocupes—asegura Xavier, dándole un beso en la mejilla—, fue divertido, deberías ser así más seguido.
Una risa nerviosa se le escapa a Theo, creyó que Xavier estaría molesto pero se equivocó, fue un gran alivio, lo que menos quiere es arruinar las cosas entre ellos que apenas están comenzando.
—Pero si tienes más ganas de follar te recomiendo controlarlas, recuerda que hay alumnos con sed de conocimientos.
Theo pone los ojos en blanco, Xavier ríe, no lo dice en serio, por supuesto, ambos son conscientes que están lidiando con cientos de jóvenes que tienen nulo interés en adquirir conocimientos.
—Bueno, nos vemos en el recreo, director Hale.
—Así será, señor MacNamara.
***
—Oficialmente este es mi lugar favorito de todo Arrowbrook.
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Los MacNamara y La Cofradía Sacrilega
FantasyEn un mundo donde los humanos son plenamente conscientes de la existencia de licántropos, vampiros y hechiceros, la convivencia no es totalmente pacífica, pues predomina la desconfianza del primer grupo hacia el segundo, considerándolos un auténtico...