Capítulo 14

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—Ni crean que me voy a disculpar.

Asegura Dylan a Jane y Niall, quienes ya se encuentran en forma humana, el joven MacNamara recuperó la calma aunque casi convierte la universidad en un zoológico.

—Eso ya lo sabemos, nunca te disculpas. Esta vez te pasaste Dyl, no dijimos nada malo.

Jane se defiende, mostrándose ofendida por haber sido víctima de ese cruel conjuro sin merecerlo, al menos desde su perspectiva razonable, tiene deseos de que Dylan pruebe una cucharada de su propia medicina pero ya se le ocurrirá otra forma para vengarse.

—Fue muy injusto—Niall lloriquea, estremeciéndose al recordar la sensación de tener una piel verrugosa—, ¿qué te pasa? Parece que esa llamada te puso de mal humor.

Dylan rechista la lengua, parece que transformar humanos en animales no logró aplacar su furia.

—No quiero hablar de eso—se frota las sienes, tratando de decir que aún no ha recuperado la templanza—, no saquen el tema otra vez o les pasará algo mucho peor que estar media hora en cuatro patas y sacando la lengua para cazar insectos.

La señorita Havenbrook no está dispuesta a seguir aguantando ese comportamiento de niño berrinchudo.

—¿Sabes? Mejor hablemos cuando estés cien por ciento calmado, hasta entonces mantente alejado de nosotros.

Dylan alza una ceja.

—¿Qué?

—Lo que oíste, hemos estado contigo siempre, participamos en cada una de tus locuras aunque nos metieramos en problemas pero lo que pasó hoy es una blasfemia a nuestra amistad.

Niall abre la boca sorprendido, nunca creyó que Jane se atrevería a escupir esas palabras de sinceridad a Dylan quien se quedó callado tras escucharla arremeter contra él.

Jane agarra a Niall de la mano, empezando a caminar lejos de Dylan sin dirigir la cabeza hacia atrás en ningún momento, lo cual deja que su postura sea firme, está muy molesta por haber sido amenazada y luego transformada en un animal desagradable.

Por primera vez, una punzada atravesó el pecho de Dylan, era la culpa, ahora que se detiene a reflexionar nunca había lanzado magia contra sus mejores amigos, siempre que estaba de mal genio se desquitaba contra los humanos, otros sobrenaturales o Theo.

«Fue una traición». Piensa, lamentando su incapacidad para pensar antes de actuar, siempre deja que sus emociones, en especial la ira, tomen las decisiones por él, ahora eso le puede costar la única amistad que tiene en el mundo.

El Jeep grisáceo propiedad de Ryan aparece delante de él.

—¿Qué tal?—pregunta Ryan sonriendo con dulzura.

Dylan se lleva las manos a los bolsillos.

—En estos momentos estoy deseando morir en la horca como mis ancestros.

—No tuviste un buen día, eh...¿quieres hablar de eso?

—No gracias—Dylan se sube al asiento del copiloto, cerrando la puerta con brusquedad—, ¿desde cuándo eres mi terapeuta?

Ryan enciende los motores del vehículo al girar la llave para conducir lejos de la universidad.

—Bueno, hablaremos cuando quieras, supongo que no estás acostumbrado a desahogarte con un extraño, ¿lo haces con tus hermanos?

Dylan suelta una gran carcajada como si le hubieran contado el mejor chiste de todos.

—Theo nunca le importó cómo me siento, a Hayden lo quiero mucho pero no me entendería, ninguno de los dos puede. De hecho, creo que no hay nadie en el mundo capaz de entenderme.

Los MacNamara y La Cofradía SacrilegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora