Capítulo 13

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—¿Cuándo empezaste a verme de esa manera?

Pregunta Theo, volvió a la oficina de Xavier cuando este lo llamó para discutir sobre "el rendimiento académico de los estudiantes de primero y segundo año", la excusa perfecta para tenerlo a solas.

—Cuando teníamos dieciocho, ¿recuerdas cuando nos quedamos hasta tarde estudiando para el examen de pocionología?

—Claro que sí, tenía problemas para concentrarme y eso me estresó un montón, entonces decidiste que la mejor manera de relajación era lanzar un conjuro ilusorio que recreaba un cielo lleno de estrellas.

—Y funcionó, después te quedaste dormido como un bebé, en la mañana desperté primero, me quedé viendote dormir y te acaricié el cabello.

Theo agacha la cabeza con una sonrisa avergonzada, a estas alturas es imposible que oculte sus verdaderos sentimientos hacia Xavier, le cuesta creer que hayan tardado siete años en dejarlos salir.

—¿Imogen sabe que nos gustamos?

Xavier suelta una risa.

—Lo sabe desde hace mucho, mientras tú y yo vivíamos en negación ella veía que algún día eso iba a cambiar.

—Las madres nunca se equivocan.

Xavier asiente mientras se levanta de su escritorio para después abrazar por la espalda a Theo.

—Entonces...¿significa que somos pareja?

Pregunta Theo, nunca imaginó que la relación con el hijo de la Suma Sacerdotisa de Arrowbrook se convertiría en algo más que una amistad cercana, sumado a esto que no es un experto en noviazgos, citas o cualquier cosa relacionada al romance.

En lo único que estaba interesado era en salir adelante junto a sus hermanos, construir su futuro profesional tras haber perdido todo cuando tenía sólo quince años, tratar de tener una vida decente dentro de lo posible, ser maestro es lo que siempre quiso ser.

Pero una vez que lo fuera, ¿cuál sería el siguiente paso? ¿Salir de Arrowbrook? ¿Quedarse para siempre? ¿Se atrevería a buscar pareja? Antes tenía ninguna respuesta, creía que tener un empleo estable evitaría las preocupaciones pero ahora la situación es distinta con la nueva revelación.

Xavier se coloca de rodillas y toma las manos de Theo con un poco de fuerza, queriendo llamar su atención, una luz verde envuelve los ojos azules tras ser sorprendido por aquel inesperado acto.

—Estos diez años a tu lado como amigo han sido maravillosos pero...

El director Hale hace una pausa en su declaración para tomar aire, esas palabras son tan pesadas que le cuesta un poco respirar, Theo permanece callado, espera a que continúe.

—Ahora quiero pasar el resto de mi existencia como tu compañero de vida, déjame amarte todos los días, cuéntame todos los secretos que aún estés guardando, llora en mi hombro cuando estés en problemas y deja que yo me encargue de resolverlos.

Eso fue suficiente para que esta vez, Theo decidiera besarlo, unas cuantas lágrimas de felicidad escaparon de sus ojos verdosos, la pequeña planta de la mesa en el escritorio crece hasta casi romper la maceta producto de la magia del primogénito MacNamara que está siendo afectada por el tsunami de felicidad que destruyó la barrera alrededor de su corazón.

Theo no iba a dejar que cualquier persona entrara a su vida si no la conocía lo suficiente por temor a sufrir las malas intenciones pudiera esconder. Pero Xavier no es un foráneo, es su mejor amigo, de las pocas personas en este mundo que puede confiar.

«Es el hombre indicado». Piensa, separándose un poco de la boca de Xavier, dejando un pequeño hilo de saliva.

—Creí que no podría conocer este tipo de amor, tenía miedo de enamorarme de la persona equivocada...

Los MacNamara y La Cofradía SacrilegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora