—No entiendo nada, dijiste que esta isla era peligrosa.
Dice Dylan, siguiendo a la líder y al nativo llamado Kelani quien los estaba llevando a donde está establecida su comunidad, de acuerdo con Lucy, ellos poseen la cura que Hayden necesita.
—En realidad no es del todo cierto—aclara Lucy con suma tranquilidad—, se creó ese rumor para evitar que forasteros con malas intenciones vengan aquí.
—¿Ah, sí? ¿Y por qué a alguien le interesaría esta isla repleta de monstruos, frutas venenosas e insectos prehistóricos?
—Dile eso a los hawaianos y a todas las zonas del planeta que fueron colonizadas en nombre de la civilización. La gente de Mongkol quiere mantener sus costumbres y su estilo de vida.
—Por cierto, ¿qué son ustedes? No parecen sobrenaturales pero ciertamente tampoco son humanos.
Theo cuestiona la naturaleza de los habitantes del archipiélago, al principio creyó que podría tratarse de una tribu humana no identificada hasta que se fijó en los rasgos físicos de Kelani, quien detiene sus pasos para responder a la duda.
—Somos híbridos, descendientes de hadas y humanos—explica Kelani—, desde tiempos remotos hemos vivido en paz gracias a los guardianes, creados por nuestra Madre Tierra para protegernos de invasores hostiles.
—¿Cómo conoces a Lucy?—pregunta Jane, quiere despejar cualquier duda sobre la relación que existe entre ellos dos, Niall la miró de forma burlona, pero lo ignoró, en ese momento sólo le importa la verdad.
Kelani sonríe por la nostalgia que le produce el viaje a su memoria.
—Ella vino aquí cuando tenía dieciséis años—empieza a contar—, quería estudiar sobre las especies de insectos más peligrosas que existen, estaba perdida así que decidí ayudarla.
—En ese entonces era una mocosa que no pensaba antes de actuar, mi padre estaba muy preocupado, no quería que hiciera el viaje pero como adivinarán, no permití que nada ni nadie me detuviera.
—Y nos hicimos buenos amigos.
—Aunque al principio tú no confiabas mucho en mí.
Kelani se encoge de hombros.
—Era la primera vez que veía un forastero.
—Me apuntaste en el cuello con tu lanza, idiota—dice Lucy, dando un suave golpe en el brazo a Kelani quien no reprime las risas—. Qué gran bienvenida, ¿no crees?
—Al menos no te topaste con mi hermano Konala.
—Tienes razón, él no hubiera dudado en atacarme primero.
Jane se alivió al saber que entre ellos no existe nada más que una amistad similar a la de un hermano mayor y una hermana menor, aún así envidiaba que Lucy fuera tan cariñosa con él, le gustaría que sólo reserve esas muestras de afecto para ella sola. «¿En qué estoy pensando? Estoy sonando igual que una novia desquiciadamente celosa cuando ni siquiera somos algo, no le gustaría para nada si lo supiera, creerá que estoy mal de la cabeza», piensa, arrepintiéndose de sus deseos egoístas injustificados.
Llegaron a una aldea establecida cerca al río, hay casas hechas de paja construidas tanto en el suelo como encima de los árboles, muchas conformadas por familias numerosas o parejas jóvenes, algunas pocas pertenecen a una sola persona, para Theo fue como ver la viva imagen de uno de los tantos libros de historia que hablan sobre las comunidades anteriores a las épocas coloniales, los niños juegan a perseguirse entre sí mientras los adultos se encargan de las tareas típicas como recoger el cultivo o ir a pescar.
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Los MacNamara y La Cofradía Sacrilega
FantasyEn un mundo donde los humanos son plenamente conscientes de la existencia de licántropos, vampiros y hechiceros, la convivencia no es totalmente pacífica, pues predomina la desconfianza del primer grupo hacia el segundo, considerándolos un auténtico...