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El short ganó, Jade tuvo que entrar al quite para salvar a su novia del desastroso momento y aprovechó para retomar su lugar sobre Tori aunque el saber que la estaban dejando le quitó un poco de sabor a la situación.

Ella adoraba tener el control, marcar el ritmo y bueno con todo y todo tenía más cuerpo que Tori era de esperarse que físicamente la pudiera dominar así que el saber que su novia en cualquier momento podía turnar los papeles no era de agrado. Aunque al ver la cara de gusto y satisfacción de su novia sabía que no había ningún riesgo de que eso ocurriera.

El ruido de la puerta despertó a Tori, quien aún sin carburar del todo se levantó.
- Voy - dijo entre bostezos
- Buenos días Tori - la saludo la señora West - dile a Jade que las esperamos para ir a desayunar y de paso te compramos alguna pijama - comentó viendo cómo el pantalón rojo de aquella pijama estaba más abajo que arriba y desentonaba un poco con la ropa interior azul que tenía puesta.

- Eh, ah, si - dijo apenada mientras se subía el pantalón aunque no evitó que Jade le mandara un almohadazo
- Vega, nadie quiere ver ni tus miserias ni tu nulo trasero - dijo mientras empezaba a despertar.
- Bueno, las esperamos abajo - les recordó la señora West

- Esa fue de las primeras pijamas que compre cuando fue lo de mis papás - explicó mientras desayunaban.
- Pero ¿Tienes contrato con varias marcas, no? Te deben dar ropa muy seguido - preguntó el señor West.
- Si le dan mucha ropa, pero aquí la Maja mozuela -dijo Jade con un marcado acento español - suele donar la mayoría así como le llega.
- ¿En serio? - preguntaron a coro los West.
- Si, bueno, me dan más ropa de la que necesito y salvo algunas cosas que si me gusta tener o coleccionar no veo la necesidad de tener cada 3 meses toda la colección de pants, playeras y chamarras de Adidas, no alcanzo a darle la vuelta y hay muchas personas a las que les hace falta.
- Me das diabetes Vega - se burló Jade pero aún así le dió un beso.

Después de comprar algunas entre ellas pijamas que estarían en casa de los West.
- No se ni cómo se la acabó tan rápido - comentó el señor West - no es como que la use mucho cuando para la noche en casa.
Tori casi se ahoga con su propia saliva al oír eso.
- Ya tiene 3 años, la ropa cede y más se la jalan de más - se unió la señora West
- Podrían dejar sus comentarios, me gustaría conservar a mi novia, si, gracias - respondió Jade intentando que  la peleadora recuperará un poco de aire.

Sofía vió llegar a Jade y Tori y no pudo evitar sonreír, le gustaba ver a su joven amiga feliz, solo esperaba hubiera dormido bien les esperaba mucho trabajo.

Como embajadora de UNICEF había logrado que Tori también fuera incluida en varias campañas donde ella estaba y de cara al regreso a clases venía una perfecta para la peleadora.

Adidas la dotaba de toda la colección más reciente tanto de ropa como accesorios y tenis, la mayoría eran enviados directamente a una bodega pues el departamento no era tan grande y "tampo necesito tanto" le había dicho Tori.

- ¡Hasta que lle...! ¡Victoria Shelby Vega Martínez quita esa mano de dónde la tienes! -
- Ah, Hola Sof - saludó Tori soltando a su novia y sacando la mano del bolsillo trasero del pantalón de Jade.
- Hola nada, vete a lavar la cara y las manos y después me vienes a saludar. Hola Jade.
- Ah, claro, a ella no la manda
Ni terminó de decir nada con solo sentir la mirada que le aventó Sofía entendió que era mejor callarse t acatar instrucciones.

- 3 campeonatos mundiales, record de knockouts, primera mujer en lograr un contrato importante, visibilidad y cambios en el uniforme - enumeró Jade - y Sofía te dominó con una mirada.
- La mirada de mamá latina es poderosa
- Pero no es tu mamá.
- Mamá la dejó a cargo así que es mi mamá honoraria y sumale que es de familia colombiana, combinación mortal - explicó Tori mientras cerraba otra caja.
- ¿Tendrás ese super poder? - preguntó la gotica
- No tengo idea.
- ¡Y no la tendrán que poner a prueba en un tiempo cercano! Órale a mover las.manos - las apuró Sofía.

Estaban en la bodega donde Tori guardaba todo lo que le regalaban, había todo, ropa, calcetines, aditamentos deportivos y debían estar debidamente marcados y empacados para salir cuanto antes a alguna escuela rural de algún país de Latinoamérica. El correo había quedado enterrado entre varios de spam así que se enteraron con el tiempo contado para mandar todo lo que tenían.

- Paulina ya tiene a los del camión esperando.
- Ya hay varias cajas armadas- dijo Tori - Jade puede ir diciéndoles.

Lo que esperaban fuera un día de estar en cama, viendo películas o cualquier cosa que unos gatos con ansiedad.oor separación pudieran permitirles se volvió uno de trabajo, así que al regresar a casa solo atinarona tumbarse en cama, algo que dichos mininos aprovecharon para acomodarse en la espalda de Tori y en las piernas de Jade.

- Mhh Gats, mi vido, necesito cambiarme para dormir - dijo Tori aunque tampoco se.movio o hizo por quitarse al mínimo que prefirió mestirarse y caminar por la espalda de su duela hasta dejar la carita a la altura de la oreja - Gats, corazón me estás haciendo cosquillas - se rió ahora sí moviéndose pues los bigotes del gato estaban en su oreja.

Aún no querían moverse ni importunar a los pobres mininos que debían extrañarlas pero el sonido constante del teléfono indicaba que era una llamada urgente.
- Tori, es Carina - indicó Paulina antes de entrar y entregarle su teléfono a la peleadora.
- Hola Carina ¿Pasó algo? ¿Están bien? ¿De nuevo les dio por andar desmantelando redes de trata Infantil? ¿Andrew se va a casar? ¿Maya ya me va a sacar de la sociedad? Ah, está bien, te dejo hablar.

- ¿Qué? ¿Cómo que van a cerrar la Estación 19? - preguntó incorporándose de sopetón asustando a ambos michis a su novia y Paulina quién esperaba pacientemente su teléfono en la puerta.


La voz de mi Dulce Amor segunda parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora