Capítulo 13

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Cuando aún estábamos pegados Rubén y yo oímos un ruido que venía de la puerta.

Oh, no. Interrupciones.

Cuando nos giramos los dos a la vez pudimos ver a Nick entrando con una chica. Una chica muy provocativa, rubia, con vestido pegado negro y con aires de arrogancia.

Sentí como mi cuerpo se estremecía pasando por mi mente un montón de pensamientos.

Estaban riéndose ambos. Pero estaban tan ocupados que no se dieron cuenta de nuestra presencia hasta que la chica alzó la cabeza y nos miró con el ceño fruncido.

-Nick, ¿no decías que estaríamos solos?

De repente, Nick alzó la cabeza sin reírse.

-¿Sandra?

-¿Nick?

-¿Qué haces aquí?

-Lo mismo que ibas a hacer tú.

Se quedó callado y miró a Rubén de arriba a bajo.

De verdad, no lo soportaba.

-No deberías liarte con chicos tan mayores, muy mal Sandra...

Iba a decir algo cuando Rubén lo interrumpió cogiéndole del cuello.

Daba miedo. Mucho miedo.

La chica se había alejado un poco, parecía asustada.

Yo también lo estaba.

-¿Pero quién te has creído que eres para decirle a ella lo que tiene que hacer, eh?

Ahí me gusta, ese es mi chico.

-Vale, vale, tío. Solo...

-Ni solo, ni nada.

Vino a mi mente el momento en la comunión en el que Rubén le dio un puñetazo a Nick.

Ojalá no se volviera a repetir, por favor. Se estaban matando con la mirada y el aire era muy tenso.

-Chicos, dejádlo por fa... -intenté poner paz pero no terminé la oración cuando Rubén me puso a poca distancia su mano de mi cara pidiéndome silencio.

Siguieron con las miradas intensas hasta que Nick apartó la vista de él pero luego alzó la vista. Y no era hacia Rubén, sino hacia mí.

-Sofía y yo nos vamos, que te lo pases bien -dijo y agarró de la mano a la chica-, zorra-murmuró.

Aquel insulto me dolió en el alma. Noté como mi cuerpo enteró se calentaba de ira e iba a reaccionar cuando Rubén le dio un puñetazo en la cara. Y bien fuerte.

Nick se estaba recuperando del golpe cuando la nariz le empezó a sangrar y se puso una mano en la nariz. Cuando la quitó estaba llena, pero muy llena, de sangre.

El cuerpo se le tambaleó y los ojos se le pusieron completamente en blanco. Seguidamente, perdió el equilibrio y se cayó al suelo, provocando un sonoro golpe.

Sofía y yo nos miramos con cara de miedo. Ninguna sabía lo que iba a pasar y no queríamos que nadie saliese herido. Pero ha sido así. Rubén hizo movimientos con la mano que le había golpeado a Nick. Tenía los nudillos rojos por el golpe que le había dado y respiraba muy alterado por la situación.

-Aparcado -dijo con desprecio.

Ambas lo miramos en busca de alguna solución, pero él nos miramos con una ceja encarcada.

-¿Qué pasa?

-L-lo has g-golpeado -dijo la chica.

-Sí, ¿y?

Lucha conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora