|3| Desgracias

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-Aborta. -mencionó de la manera más tranquila Jaekyung.

Ante dicha palabras, Dan no podía estar más que indignado.

Su corazón y mente estaban en un caos total.

No iba a negar que también había pensado eso, pero se regaño miles de veces de solo pensarlo.

-Me niego. -contesto Dan. -No me importa si usted no está presente, me niego a abortar.

Jaekyung suspiro con desesperación.

-No te estoy preguntando. -habló él. -Te lo estoy ordenando.

Dan desvío la mirada, apretando los puños y conteniendo el llanto.

-Por favor. -susurro el mayor. -No le voy a molestar.

Jaekyung lo tomó de los hombros, obligando a mirarlo.

-¿Eso crees? -preguntó enfadado. -Esa maldita criatura te quitara tu tiempo. Yo sería el más perjudicado, ¿se te olvida cómo trabajas?

El pelicastaño era consciente de la situación, pero se negaba a matar a dicha vida que crecía dentro de él.

A pesar del carácter tan voluble del menor, al menos esperaba que comprendiera y esperará a que nazca el bebé.

Maldecia como nunca la sociedad en la que estaba viviendo.

Los alfas tenían poder sobre las decisiones de omegas, algo completamente injusto.

Una idea brillante paso por la mente del pelicastaño, algo que definitivamente salvaría a su bebé.

-Usted no es mi alfa. -hablo firmemente. -No puede decidir sobre mi.

Jaekyung gruño ante la respuesta de Dan.

-Entonces te haré mío. -dijo simplemente el menor.

Dan, se alejó instintivamente cuando el pelinegro intento acercarse a su glándula de olor.

Solo necesitaba una mordida y Jaekyung podría decidir sobre él en absolutamente todo.

Corrió lo más rápido que pudo a la salida, con el corazón latiendo ferozmente.

-¡Vuelve aquí! -escucho gritar al pelinegro.

A pesar de haber ingresado al ascensor, no pudo salvarse, pues el pelinegro ingreso con él.

-Por favor, alejese. -susurro Dan incómodo.

Lo tomo fuertemente de los
hombros, no le importó ver la
mirada llena de temor del
mayor.

Mordió su cuello sin temor,
marcandolo por fin.

-Ahora si, tengo derecho sobre
ti. -menciono el pelinegro
"orgulloso" ante un sollozante
Dan.

El ascensor seguía bajando,
interminablemente aburrido.

-Te odio. -dijo el pelicastaño.

Jaekyung solo atino a sonreír,
sabía que el mayor no hablaba
en serio.

-Vamos al hospital. -dijo el
pelinegro.

Dan, sabía a lo que se refería
con eso.
Lentamente entro en pánico al
escucharlo.

Negó con la cabeza varias
veces, intentando sentir la piedad
del menor.

-Nunca le pedí nada.
-susurro Dan. -Solo esta vez,
por favor... Déjeme tener a mi
bebé.

La desesperación en la mirada
del mayor era notoria, incluso
para un insensible como
Jaekyung esa tristeza podría
afectarlo.

En ese breve momento podía arrepentirse de lo
que había dicho, por un
momento de pausa, se quedó
pensando si era realmente lo
correcto.

El sonido de las puertas
abriéndose lo saco de sus
pensamientos, negando por
completo su petición.

-Camina. -hablo Jaekyung
con un toque de culpa.

Dan, se quedó parado en el
sitio, realmente se negaba a ir
con el pelinegro.

-No me lo hagas repetir dos
veces Kim Dan. -menciono
nuevamente el menor.

El pelicastaño tambaleó un
poco en su lugar mientras
desviaba la mirada.

Su corazón latía rápidamente y
su vista estaba nublada por las
lágrimas que se avecinan.

Jaekyung lo tomó del brazo y
logró sacarlo del ascensor.

-Hare lo que sea. -dijo en un
atisbo de preocupación. -Se lo
prometo.

El pelinegro lo soltó por un
breve instante, era tentadora
esa oferta.

Rápidamente imagino la
cantidad de cosas que podría
hacer con Dan, sonrió de solo
pensarlo.

Y el sonido de un celular
timbrando constantemente lo
saco de su ensoñación.

Dan contesto inmediatamente,
preocupado al ver de quién se
trataba.

-Joven Dan. -menciono una
enfermera.-Se le solicita en
el hospital.


(...)

Dan corrió desesperado al escuchar el llamado de su hospital.

Jaekyung se quedó esperándolo en el departamento, quien simplemente se veía confundido.

Por alguna extraña razón, el pelinegro lo dejó ir.

Mientras más se acercaba al lugar, más nervioso y ansioso se ponía.

Su corazón latía ferozmente, tenía un muy mal presentimiento de todo eso.

Su único apoyo, su abuelita.

-Dan... -escucho decir. -Mi niño, ya estoy vieja. Pero tu tienes todo una vida por delante.
Quiero que seas feliz, porque yo soy feliz de que hayas crecido tan bien.

Esas palabras se esfumaron en el viento, logrando que Dan entendiera lo que había pasado.

Era el alma de su abuelita hablándole.

Él solo atinó a detenerse frente al hospital, no había necesidad que alguien le diga lo que pasó.

Su corazón ya lo sabía, ella lo había dejado.

No quería ingresar a dicho establecimiento, se negaba a escuchar la noticia.

La enfermera que cuidaba a su abuelita, lo vio a lejos y se acercó a él.

-Realmente lo siento Dan. -susurro con lástima la mayor. -Intentamos salvarla, pero no se pudo.

Sus labios temblorosos, su mirada en el suelo brotando pequeñas lágrimas.

-Lo se. -susurro el pelicastaño.

La mayor, le dio un abrazo intentando consolarlo.
Conocía al pequeño Dan que cuidaba fervientemente de su abuela, sabía lo mucho que le afectaba esa situación.

-Esperame un rato. -dijo la mayor separándose.

Dan asintió, de todas formas no podía moverse, su cuerpo no reaccionaba.
Sentía como si todo a su alrededor se hubiera paralizado.

Y solo quedará él con su soledad en el mundo.

Continuará....

Jaekyung idiota, pagarás todo lo que le haces a Dan ヽ('д';)/

Abuelita Jsjs, ayuda a tu Nieto desde el más allá, ¿Oki?

Intercambio Corporal |Omegaverse| [JINX]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora