Intercambio Corporal |Omegaverse| [JINX]

|4|Carta

La enfermera volvió, con lo que parecía una caja llena de cartas.

—Ella me dijo que te lo entregará en caso pasará algo. —mencionó la mayor. —Cualquier cosa que necesites, Dan, cuenta conmigo.

El menor tomó el paquete con algo de timidez.

Caminó lentamente en dirección al penthouse.

Sinceramente hubiera preferido otro lugar, pero no quería incomodar a las demás personas con un llanto que probablemente tendría.

Agradeció no ver a Jaekyung cerca, de esa manera podía leer todo lo que su abuelita le dejó en paz.

"Mi querido Dan"

Empezaba dicha carta.

"Probablemente estés triste por mi muerte, es algo normal.
Pero quiero que te repongas lo más rápido que puedas.
Las malas emociones le harán daño a tu bebé"

Dan abrió fuertemente los ojos, leyendo una y otra vez la misma línea.

¿Acaso su abuelita sabia del bebé?

Se sorprendió demasiado, porque ella parecía ignorar ese hecho o simplemente no decía nada.

¿Por qué no le dijo nada?

"Quería que me cuentes, supongo que es un tema delicado. Logre oler algo diferente en ti.
Me alegro mucho Dan"

Las lágrimas se avecinaban fuertemente, cerró los ojos por un breve instante para continuar leyendo.

"Se que viviste muchas desgracias a mi lado"

Aquello le parecía absurdo.
¿Desgracias?
Si ella era todo lo que tenía.

"Me hubiera gustado cuidarte mejor y tantas cosas Dan. Pero estoy realmente contenta. Eres todo un adulto"

Dan sonrió inconscientemente entre lágrimas.
Ella hizo todo lo que pudo y dio lo mejor, eso era lo importante.

"Ahora deseo que tu vida sea muchisimo mejor.
Haría todo lo posible porque tengas todo lo mejor, lo que mereces, mi niño"

Dan solo suspiro nostálgico, él solo se contentaba con tenerla con vida.

"Te amo mucho mi pequeño.

P. D. El resto de cartas son consejos sobre el embarazo y algunas cosas más"

El pelicastaño dejó el escrito a un lado, inhalo profundamente y se dejó caer al suelo.

Su corazón quemaba fuertemente, incapaz de leer el resto de cartas que habían en la caja.

Solo quería descansar, sería bueno acabar con todo.

Negó varias veces.

¿Qué tonterias estaba pensando?

¡Debía vivir!

Había una criaturita por la cuál salir adelante.

Volvió a suspirar.

¿Cuál sería la lógica? Si al final Jaekyung lo terminaría matando.

Se sentó cerca al ropero y con sus brazos abrazó sus rodillas, quedando con la mirada baja y sollozante.

Lloro tanto y por tantas horas que su cabeza empezaba a tener un dolor punzante.

No encontraba otra manera de desahogarse, aún sabiendo que su bebé estaría en peligro, no podía detenerse.