Extraña

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Me arrodillé ante la mujer. Mi hija tenía razón. Dios mío. Era desgarrador el caso. -Necesito el Oxígeno. Urgente!

Lyan como siempre tan atento me lo facilitó. Se lo puse con cuidado y abrió sus ojos. Que me cuelguen! Eran los ojos más hermosos, pero eso era lo de menos. Sus pupilas estaban dilatadas. Estaba perdiendo demasiada sangre.

Estaba fija viendo a Lina. Un cristal estaba clavado en su cuello y de seguro no era el único. Su cuerpo tenía sangre por todos lados.

-Tenemos que llevarla a cirugía Urgente. Toqué su pulso. -No durará mucho.

Linette me abrazó al borde del desespero. -Papi no quiero que se muera.

Qué le pasaba a mi hija? Le asentí dudoso. -Haré todo lo posible.

Los empleados me trajeron la camilla y mientras la subíamos derramó varias lágrimas.

-Aún está consciente. Es algo bueno.

Subí a Linette al copiloto. Estaba pálida por toda la sangre que la mujer seguía derramando. -Mírame!

No levantó su carita y cuando lo hizo vi sus lágrimas. -Papi sálvala!

Que compromiso! El mundo da vueltas! La jovencita menos amistosa del pueblo está llorando por una desconocida. No podía expresarme de esa forma ante ella. Lo único que hice fue sonreirle. -Ya lo estoy haciendo.

Mostró sus dientes. Subimos de prisa al vehículo. -Vamos! Le puede picar gangrena. Acelera!

Traté de sujetarla con todo el cuidado posible.

5 minutos después salimos a la carretera y no podía ser más estúpido. -Lyan!!!! Vamos a la hacienda. Allá tengo lo disponible para salvarla.

Linette empezó a temblar. -Papi.... por qué?

-No hay espacio en el hospital por el accidente del avión. Hay personas hasta en los suelos.

Lyan giró de prisa y aceleró hasta la mansión. Los peones me ayudaron a entrarla. Martha se quedó plasmada y atrapó a Linette. La segunda la miró desesperada. -Déjame ir por favor!

Le negué. -Martha, la envías a ducharse.

Linette se escapó de sus brazos. -Papá, puedes curarla en mi habitación. Es muy amplia y es fresca. Papi, no la dejes morir.

Besé su frente. Corrí y la pusimos en la habitación. Empezó a convulsionar y todo se puso color de hormiga.

-Tranquila mujer.... Debes ser fuerte.

Los espamos en su cuerpo cada vez eran peores. Coloqué el suero y sin fuerzas se desmayó. Toqué su pulso y la estábamos perdiendo. Coloqué inmediatamente el monitor cardíaco y estaba en lo cierto. Ya no habían pulsaciones.

Entró mi asistente y se asombró. -Doctor, esa mujer está muerta! No tiene ni que esforzarse.

Le negué. -Aun tenemos pulso. Le prometí a mi hija que la salvaría. No quiero decepcionarla otra vez.

Belky afirmó.

Tardamos tres horas en su caso. La paciente alias "desconocida" , no despertó. Había pasado a un estado de coma. Respiraba por el aparato pero aún así, mostraba signos de vida.

James acudió al caso.

Nos sentamos en el despacho y el hizo el mohín de desacuerdo. -Quita es cara! Hicimos todo lo que pudimos. Mi ahijada tiene que comprender. El caso de la mujer es crítico y sin conocerla has invertido un dineral Alex.

BLANK MINDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora