BLANK MIND

Epílogo

No me dejaban verlo. La operación había sido un fracaso y por esa desgraciada el amor de mi vida no podía dejar de vivir. Señor ayúdalo.

Entré por primera vez a verlo dos días después. Perdí la fuerza en mis piernas. Linette me sostuvo y también empezó a llorar.

Lo abracé con cuidado y el sonido de todos esos aparatos me enloqueció. -No nos dejes por favor. Alex te necesitamos. Yo te amo.

Horas después me quedé en la sala de espera. Alejandro se había dormido en mis brazos. Se parece mucho a el. -Eres el frutito de nuestro amor.

Una voz suave me abrazó. -Hijita... mi amor.

Era mi madre. Lloré en sus hombros.

Ella tomó al bebé con cuidado en sus brazos. -Te dije que era peligroso estar aquí.

-Lo sé pero es que no podía más Mamá. No sabes las veces que el me peleó por lo mismo pero mi hijo tiene que estar con su padre y su hermana. Yo tengo que estar con el hombre que amo. No quiero que se muera. El es mi vida.

Ella trató de calmarme. -El no morirá. Todo saldrá bien hijita. Mi Gaia hermosa.

Besó la frente del bebé.

Una semana después entré y Alejandro corrió a sus brazos. Esperen, qué?

Abrí mis ojos bien y el estaba de pié con gestos de dolor pero no soltaba al bebé.

-Papi!

El le besó la frente y lo revisaba por todo el cuerpo. Pero ni se había detenido en mi.

-Tu nos salvaste. No nos hizo nada.

Me miró fijo. -Me alegra mucho.

Sonreí y corrí hacia ellos. Lo abracé y lo único que sentí fue que besó mi cabello.
-No me perdonaré nunca lo que pasó.
Quiero que nos separemos.

Besó al bebé y se acostó con el en la cama.

-No renunciaré a ti. No. Cobarde. Yo te amo con toda mi vida y no me importa lo que ha pasado. Alexander no lo entiendes?

-No lo entiendo. Alejandro me llamó con sus manitas y cuando me acerqué sonrió al vernos juntos.

-Esto es lo que quieres? Destrozar a este bebé?

A cada segundo mi ira aumentaba.-Mi amor... yo te amo.

El se sentó y le entregó el juguete al bebé. -Yo te amo más pero si mi vida no es suficiente para protegerlos , qué más haré? Matar a mi madre? Aunque la tenga en una habitación con cadenas siempre moverá sus manos.

Sus labios estaban pálidos y lo dejé hablando solo. Busqué al doctor y se lo informé. -Qué? Y Cómo es que el siendo uno de los mejores doctores puede estar haciendo desarreglos?

Cuando entramos estaban los dos dormidos.

El doctor dijo que se estaba recuperando muy pronto.

Los acaricié y me senté a observarlos. Le comuniqué a todos su recuperación y su padre fue el primero en llegar.

Había cambiado mucho. -Estaba despierto pero se ha dormido.

Me sonrió triste. -Mis hijos han sufrido demasiado. Ya basta.

No dije nada y Alexander se quejó. Buscó mi mano en la cama y yo encontré la suya. -Estoy aquí.

Abrió sus ojos y miró con disgusto a su padre. -Sabías que se encondía en la casa?

Me sorprendí. El señor negó fustrado. -Quiero demasiado a mi nieto para haber permitido algo así.

El se acercó y lo abrazó. -No iba a resistir si ella también te mataba a ti.