No hay comparación

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Respiraba profundo y me abrazaba. Hice lo mismo. Besé su frente. Sus labios estaban entreabiertos. Acaricié su cabello.

Me sentía diferente. Solo tenerla en mis brazos me debilitaba. La quiero para mi.

La admiré hasta caer rendido. Quiero despertarla y.....

La compañía me dejó y me atrapó la ausencia. Abrí los ojos y estaba solo.
-Summer?

Acaso se habrá ido? Mi corazón latía de prisa. La busqué en la gran habitación y no estaba. Entré al baño y tampoco. Aproveché y me duché en 10 segundos mal contados.

Me puse el boxer y olí comida. Caminé hacia la cocina y allí estaba.

Aliviado me quedé a un metro de ella. Sin notar mi presencia miró en dirección a la habitación. Me buscaba. Me estaba haciendo desayuno. Sus ojos se encontraron con este sujeto en boxer y no dijo nada.

En estos momentos me pregunto por qué no decidí hacer una licenciatura en psicología como segunda carrera en vez de administración. Es fustrante.

Qué rayos piensa?. Sonreí. No fue necesaria la licenciatura. Sus mejillas empezaron a enrojecerse. -Buen día.

Torpemente se alejó de la estufa. Lo mejor que hacía. -No quise despertarlo. He llamado a Lina y está excelente. Lo despertò el escándalo? Estaba más nerviosa que Linette cuando la regañaba. Mantenía su vista en mi cara porque estaba semidesnudo.

Me acerqué sigiloso. -Me despertó tu asusencia.

-Ah. Susurrò y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

Me dio la espalda y organizó la mesa. -Puede sentarse. Lo hice y esperé a que me sirviera. Como hombre inteligente me aproveché. Cuando fue a servirme el jugo la senté en mis piernas. El pequeño conjunto que traía y que indudablemente favorecía a su ahora esbelta figura, le permitió sentir mi dureza.

-Alexander qué haces? Sus labios estaban secos de la necesidad. Yo puedo ser su agua.

La pegué más a mi entrepierna y estaba a punto de rendirla en ese mismo lugar. -Comeremos de esta forma.

Intentó pararse. -Por qué? Estaba agitada.

Tomé su cara en mis manos. -Porque eso me hace felíz y ese es uno de tus deseos. Recuerdas?

Asintió nerviosa. Dejaría de ser malvado por unos 10 segundos.

Sin alejar mi mano de su abdomen empecé a desayunar y le daba de mi cuchara. -Me gusta esto.

-Alimentarme como a una bebé?

Reí. -Su español le falló en esa frase. la entendí por obligación.

Pellizcò mi hombro. -Hablo muy bien.

Terminaron los segundos de bondad.

Besé su cuello y se estremeció.

La besè y quiso alejarse. Pero no se lo permití. -Summer quiero intentarlo. La mirè suplicante.

-No quiero ser un juego. Quiero que seas la razòn de la vida que tu mismo me has dado.

Mi piel se erizó. Sus palabras eran retos. Quiero cumplirlos. Su mirada era enternecedora. El miedo reflejado en sus ojos era mi punto de partida. LA HARÈ MI MUJER.

Deseo a esta mujer. No dejarè que se marche.

-Quiero hacerte mìa. Quiero hacerte el amor. Esto no serà un juego. Si ves que cambio , puedes exigirme un pasaporte. No quiero que sufras. Te prometo que harè todo lo posible para que marchemos bien.

BLANK MINDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora